Reflexiones: La evolución de la fantasía

Hace mucho que tengo ganas de hablar de la evolución de la fantasía, quizá por el descrédito que el género siempre ha sufrido en España, quizá simplemente porque se trata de uno de mis dos favoritos. Y es que no hace falta mucho para darse cuenta de que tanto la fantasía como la ciencia ficción son ya géneros maduros. Para que nos entendamos, que no solo tienen un presente y un futuro en el que están evolucionando sino que tienen un pasado que se puede dividir en épocas, quizá no tan grande como otros géneros, pero sin duda bastante interesantes. Y sobre esto quiero hablar, haciendo al final una pequeña reflexión o predicción de lo que podremos encontrar.


Esto parece algo que a la mayoría nunca se le ocurriría, ¿verdad? Solo la literatura seria tiene etapas:  Romanticismo, Neoclasicismo, y así varias otras. Pues no puedo sino estar en desacuerdo, primero por el uso del tema de «literatura seria» como contraposición entre la canónica y la no canónica, tema del que probablemente se podrían hacer cientos de reflexiones, y segundo, por la idea de las etapas. Ahora, me pediréis que os lo demuestre y eso es lo que voy a hacer. Pensad, eso sí, que no tenéis por qué estar de acuerdo con mi división, ni con la caracterización de las épocas. No les he dado nombre, si bien podría inventarme nombres rimbombantes en caso de que eso os hiciera pensar más cierta tal división.

Lo primero que tenemos es una literatura heredera de las revistas de la época de 1930 en las que se publicará una historia que entrará de lleno en el imaginario de todo lector de fantasía, Conan el Bárbaro. Se trata de una obra interesante desde muchos puntos de vista, pero en particular desde este que estamos utilizando nos sirve para encuadrar un subgénero de la fantasía: la Espada y Brujería. Cierto es que posteriormente habrá muchos herederos de este subgénero que intentarán alejarse del canon marcado por Conan, como por ejemplo, de lo más actual, la saga de Drizzt Do’Urden. No por ello dejan de formar parte de él. Esto sucedía en Estados Unidos, donde estas revistas tenían bastante éxito entre los jóvenes.

Al otro lado del charco, J.R.R. Tolkien creaba el inicio de una de las obras cumbre del género, definitoria del mismo en muchos casos, El Hobbit (y empezó a preparar algo que también caracterizará a parte de la literatura fantástica posterior: la creación de un mundo-marco complejo y vivo). Esta literatura fantástica bebía de una tradición de escritores como Rudyard Kipling, o Edgar Rice Burroughs con sus obras sobre «mundos perdidos», aunque algunos puedan clamar que eso trata más de ciencia-ficción que de fantasía.

Ambas obras, tanto El Hobbit y el Señor de los Anillos como las obras de Espada y brujería empezaban a conseguir su cierta fama hacia los años cincuenta, despegando realmente en los años sesenta con la llegada de Terramar y la salida de Dungeons & Dragons  en 1974 preparando la llegada de muchos mundos de fantasía directamente inspirados en ambos, como puede ser las Crónicas de la Dragonlance, Sol Oscuro o Reinos Olvidados, mundos que posibilitan la creación de cientos de historias, aunque no estén directamente relacionadas con esos mundos.  En cualquier caso, ya en esta época vemos la distinción entre la Alta fantasía (o fantasía épica) y la Espada y Brujería, además, empezamos a ver interrelación entre la fantasía y otros géneros cercanos, en el sentido de no ser canónicos, como pueden ser el horror o la ciencia ficción, como por ejemplo La Hechicera de las Estrellas.


Por otro lado, hay que tener en cuenta que mucha de la literatura fantástica clásica escondía dentro de historias para niños verdaderas joyas. Libros como El Mago de Oz o Alicia en el País de las Maravillas están considerados auténticas joyas de la literatura y forman parte de la literatura fantástica. No dentro de ninguno de esos subgéneros más especializados, sino en una especie de género base en el que se encuadran bastantes novelas de ese estilo. Sin duda, es uno de los motivos para considerar a este género como «infantil» ya que los libros bien considerados que tienen fantasía suelen además parecer infantiles. Digo parecer, porque tanto El Mago de Oz como Alicia no me parecen precisamente de lo más infantil. Pero claro, debe ser que yo los leo para ver más allá del texto. No son unas Cartas Marruecas, pero critican claramente la sociedad. Claro, que puede que haya gente que siga pensando en la literatura fantástica como «elfos contra orcos»… y no es así, la fantasía cubre un espectro mucho más amplio de temas, incluso a veces más amplio de lo que se atreve la literatura canónica.

En respuesta, resulta interesante lo que dijo Terry Brooks, un autor de fantasía, cuando le preguntaron qué pensaba de que se considerase este género como «juvenil» o «de segunda clase». La traducción de la cita es propia.
La gente que ve la fantasía como de segunda claseo infantil es normalmente gente que ni la lee ni la entiende. Me gusta decirles que la buean fantasía es un comentario social combinado con buena narrativa, Tolkien, C. S. Lewis, las historias de Oz y tantos otros. Cierto, las historias tienen lugar en un mundo imaginario. Pero esos mundos espejan el nuestro y nos dicen cosas sobre nosotros mismos que son necesarias de decir y comprender. También me gustaría decirles cuántas veces otras formas de literatura usan la fantasía como cimiento para las historias. La fantasía trasciende su propia forma de una manera más amplia que cualquier otro tipo de literatura. 


Como podemos ver, esta frase contiene mucho de lo que los lectores de fantasía nos cansamos de repetir. No somos niños, ni aniñados, por leer fantasía. De hecho, la fantasía puede introducirse o entremezclarse con muchos géneros, ya sea con el horror en novelas de Lovecraft o con la ciencia ficción, en novelas como El laberinto de cristal. En cualquier caso, resulta evidente que si alguien considera infantiles novelas como El Nombre del Viento o El Camino de las Sombras, debería repensarlo un rato. Y si alguien es capaz de leer a Terry Pratchett sin ver cómo el Mundodisco refleja sin ningún tipo de pudor y critica por medio de la parodia todo nuestro mundo, es que no es capaz de entender lo que lee. Algo bastante común cuando la gente lee fantasía, porque exige que no nos dejemos llevar por las lucecitas ni por los efectos especiales, sino que lleguemos a observar las relaciones entre los personajes, muchas veces mucho más desarrolladas que en la literatura «canónica», o sus psicologías, donde esté un Raistlin o un Drizzt que se quiten todas las pamplinas.

Ahora, acerca de la predicción que iba a hacer. Creo firmemente que el género de la fantasía está ampliándose cada vez más, apareciendo cada vez más mezclas de géneros que enriquecen el imaginario del lector de fantasía que se atreve con ellos. Por un lado, ha habido una progresiva «adultización» (porque para que una historia sea madura no tiene por qué ser adulta) que ha ido oscureciendo a los personajes y haciendo que cada vez sean menos «yingyanguianos» y tengan una paleta de colores cada vez más amplia. Como ejemplo más claro de esto, tenemos la saga coral de Canción de Hielo y Fuego, pero esto no debería disminuir la carga positiva que tienen muchos de las historias más clásicas. No matemos a la fantasía con la originalidad. El hecho de que una historia nos resuene, y suene a otras anteriores, no implica que sea «menor», ni mala, sino, si está bien hecha, debería ser un punto a favor suyo. Pues ha sido capaz de volver a acceder a ese imaginario colectivo y volver a emocionarnos.

Por otro, la fantasía juvenil cada vez cae más en clichés, si bien eso no es malo en sí mismo, sino en el hecho de que tales clichés acaban cansando a los jóvenes lectores (o volviéndolos adictos a dichos clichés, que no sé qué puede ser peor). Cierto es, sin embargo, que si la novela está bien escrita y tiene una trama bien desarrollada, los clichés no son necesariamente algo malo, puesto que ayudan al lector a ubicar más fácilmente la historia. Además, ahora están surgiendo bastantes autores noveles que se dirigen hacia la fantasía con ganas de renovarla, y, al mismo tiempo, tenemos autores que siguen creando libros con argumentos y personajes clásicos pero desarrollados de modos inesperados. E incluso tenemos mezcla de ambas situaciones, como por ejemplo Donde los Árboles Cantan, que bebe de cuando la fantasía era lo normal, con las novelas de caballerías, pero lo actualiza a este siglo. Lo extraño es que, al haberse puesto de moda la novela romántica paranormal (que, en sí misma, bebe de la fantasía en muchas situaciones) hay gente que confunde los dos géneros, exigiendo romanticismo en la fantasía, o fantasía en una novela romántica. Extraño, sin duda, porque, aunque estén entremezclados e incluso indistinguibles en ocasiones, cuando un libro es pura fantasía o aventuras, no es obligatorio que tenga ese estilo de romanticismo.

Supongo que todos habréis visto la nueva división de la fantasía en nuestra Biblioteca. Esa división está basada en que, aunque alguien busque un libro de fantasía, realmente puede estar buscando cosas muy diferentes. Puede estar buscando fantasía épica moderna, en la que los personajes principales tienden a ser grises y donde la lucha del bien contra el mal está más difuminada. O podría estar buscando fantasía épica clásica, la denominada Alta fantasía, que basa mucha de su historia en esa lucha del bien contra el mal, y donde los personajes son más arquetípicos. O quizá lo que quiere es fantasía épica ligera, donde lo que prima son unos personajes completamente arquetípicos y una lucha del bien contra el mal típica. Mucho más ligera en conceptos filosóficos que cualquiera de las dos anteriores. O puede que simplemente esté buscando fantasía juvenil, que es simplemente fantasía categorizada como juvenil, por sus temas o por la edad de sus protagonistas, porque una cosa es el género, que es el tema de la obra y otra la categoría «de edad» a la que va dirigido. Puede, también, que busque humor, donde el rey dentro de la fantasía es Terry Pratchett, si bien hay muchísima sátira dentro de sus libros, ubicados dentro de la macro-saga Mundodisco.  En la última década hemos visto «modernizar», en el sentido de traer a un mundo moderno, muchas partes de la fantasía, ya sean las criaturas míticas como los vampiros, ya sean los personajes, y eso ha dado como resultado el surgimiento de otro sub-género dentro de la fantasía: la Urban Fantasy, donde tenemos por ejemplo los vampiros de Anita Blake, o los magos de Holly Black. Así que, pensándolo bien, lo mejor que podíamos hacer era dividirlo de manera que os sea más fácil saber qué os podéis encontrar en cada grupo de libros.

En definitiva, la fantasía está en una época dorada, en la que podemos disfrutar de los clásicos de nuestro género, dado que son atemporales, y además hay autores que crean historias geniales que, con el tiempo, puede que se conviertan en clásicos. En cualquier caso, parece que el lector de fantasía ya debería poder decirlo en voz bien alta y sin ningún tipo de vergüenza. El Temor del hombre sabio ha llegado a ser el libro más vendido en la Casa del Libro antes de su salida. Para que luego digan que la literatura fantástica es solo una literatura «para frikis».

En fin, no creo que haga falta que diga mucho más para que aquellos que siguen considerando a la fantasía como una literatura «de segunda» se den cuenta de que no es así. Pero claro, si realmente no saben valorar la fantasía, probablemente no hayan pasado del primer párrafo de esta reflexión. Porque nadie puede dudar que su crítica está hecha desde el conocimiento y desde la sinceridad, ¿verdad? Pero claro, para saber valorar algo hay que conocer no solo el presente, sino también el pasado, con sus obras más emblemáticas.

7 pensamientos en “Reflexiones: La evolución de la fantasía

  1. Mike

    Es una pena que la fantasía siempre quede relegada a un segundo plano con la de obras tan buenas que hay, como las que tú mismo mencionas ENDV y ECDLS. Y también es una pena que con la moda de la romántica paranormal haya quien busque morreos apasionados en una novela que lo que tiene es fantasía de la de toda la vida. En fin.

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  2. Amrod Escabias

    Un artículo MUY interesante, me ha gustado mucho, Khardan.

    Este es un tema que me toca muy de cerca, puesto que estoy estudiando Filología Hispánica, y he podido comprobar que la visión canónica de los estudiosos "serios" es considerar que la fantasía y la ciencia ficción son géneros menores, de consumo, y que no merecen ser estudiados.

    Nada más lejos de la realidad; opino como tú que la fantasía se puede dividir en períodos y corrientes, y que es un género tan digno de estudiar como cualquier otro.

    También me ha gustado mucho la cita de Terry Brooks, no la conocía, y es francamente buena.

    En fin, que me ha gustado mucho el artículo, me parece muy sensato y bien explicado, y me alegra comprobar que hay gente que defiende y le gusta tanto la literatura fantástica como a mí ^^.

    P.D.: Esto me ha recordado que hace tiempo escribí una entrada sobre este tema en mi propio blog, quizá le interese a alguien: http://fantasiasdesdeelotrolado.blogspot.com/2011/02/en-defensa-de-la-fantasia.html

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  3. Alexandre

    Parece mentira que esas creencias sigan vivas en la españa de nuestros dias pero es asi. Cosas tan estúpidas como esas no se ven sino subrayadas por los medios de comunicación. Cada vez que sale la presentación de un libro (el que sea) el entrevistador SIEMPRE acaba haciendoles las preguntas a l@s fans mas "entusiastas" para que la gente diga "mira est@s que loc@s".

    Y eso lo usan en todos los ámbitos pero en lo relacionado con lo fntástico siempre se va mas allá. ¿Por que? Porque unos "pseudoantecedentes" estupidos como los del niño de la katana y las peliculas sensacionalistas "Nadie conoce a Nadie" hacen que todo este genéro fantastico (y no solo en literatura, peliculas, juegos, aficiones) sea relegado.

    Y mientras tanto lo socialmente aceptado siguen siendo deportes, toros y alcohol. Si algo no cumple por lo menos una de esas condiciones parece que no tiene derecho a existir…

    PD: NI idea de lo del "Temor de un hoombre sabio". Y eso que aún quedan mas de 23 dias para que salga a la venta! Aun hay tiempo de hacer mas reservas!

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  4. Galtzagorri

    Me ha encantado el artículo, es todo lo que puedo decir, creo que has expuesto todo lo que pensamos los amantes de la literatura fantástica estupendamente, refiriéndote a los clásicos y a los más modernos.
    Muy buen artículo.
    Saludos del Duende Rojo.

    PD: Creo que gracias a vuestro blog descubriré muchas obras (sobretodo de fantasía, mi género favorito) que no conocía. ^^ Me encanta esa división que habéis hecho del género fantástico.

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