Akagami no Shirayuki-hime

Título original: 赤紙の白雪姫 (Akagami no Shirayuki-hime)
Traducción: La Blancanieves pelirroja
Mangaka: Sorata Akizuki
Año: 2007- (manga) 2015-2016 (anime)
Anime: 24 capítulos (dos temporadas de 12) y un ova
Manga: 18 tomos (abierta)
Sinopsis: Shirayuki es una joven herbolista de cabello rojo que vive en el reino de Tanbaurn. El príncipe Raj quiere tomarla como concubina solo por su color, lo cual a Shirayuki no le parece muy agradable y decide escaparse dejando parte de su cabello. Una vez en el bosque, se encuentra con el príncipe Zen, del reino vecino de Clarines. Así, Shirayuki decide viajar junto a Zen

Opinión: Es la segunda vez que veo esta serie y sigo opinando lo mismo de ella: tenéis que verla. Es una pasada de ritmo, de ruptura de tópicos, de romance… De todo. En primer lugar porque parece que los capítulos son cortos, pero en realidad tienen la misma duración que cualquier anime; los ves y todo sucede con tal naturalidad que cuando termina no puedes evitar quedarte con ganas de más. En segundo lugar porque es una historia completamente feminista y eso es lo que hace que se rompan los tópicos; Shirayuki es una protagonista con gran determinación e independiente, que toma decisiones por su cuenta sin dejarse amilanar por el resto y Zen, un príncipe respetuoso que hará todo lo posible por la felicidad de su reino, lo cual no quita que tenga sus sentimientos y los exprese de forma adorable, sin perder «su masculinidad». Y, en tercer lugar, está el romance que… sumando las dos cosas anteriores da una historia de amor súper bonita y memorable.

Por supuesto, es un shojo, es decir, una historia donde el romance es lo primordial. Pero no es el típico shojo que podríais estar pensando. No hay tramas rocambolescas, con triángulos amorosos, donde las dudas y los conflictos, así como los rivales y un sinfín de impedimentos, tienen lugar para liar la trama y hacer que los protagonistas puedan estar juntos (ojo, no es una crítica, que a mí los tópicos me gustan como a la que más, pero es una nota para que veáis por qué aquí los rompen). No. Desde la primera vez que Zen y Shirayuki cruzan miradas, sabes que están hechos el uno para el otro. Y lo sabes tú y lo saben también todos los personajes que los rodean. Pero, aunque son adolescentes, no son estudiantes de instituto. Los dos tienen sus trabajos y responsabilidades y no tienen tanto tiempo libre como para ser idiotas. Así que no se comen la cabeza con tonterías de «ay, ¿le gustaré?». No. Es que su relación va más allá de las palabras. No tienen que decirse las cosas para saberlas. Hasta casi el final de la primera temporada ni se les pasa por la cabeza que su relación pueda ser más allá de amistad, e incluso cuando se plantea, aunque, como es natural, hay momentos de vergüenza y confusión, se resuelven con naturalidad y sin demorarse capítulos y capítulos en dar una respuesta.

¿Son o no clavaditos? xD

Pero, aunque los dos son los protagonistas y a quienes más quieres ver, también están los secundarios que se hacen hueco en tu interior. Empezando con Mitsuhide y Kiki, pasando por Obi (que tiene un hueco especial en el mío al menos), Ryuu, hasta llegar al príncipe Izana (que tiene un aire a Howl que no puede con él). Podría mencionar también al príncipe Raj, pero como mucho solo por su parte en la segunda temporada (en la primera es un idiota). No se desarrolla mucho su historia personal en el anime, pero se deja entrever lo suficiente como para saber cómo son y que hay una historia ahí que merece ser contada. Además, el final del anime es abierto por completo, y se queda todo en una promesa que no llega a verse, así que más motivos para querer leer el manga y saber qué pasa de verdad con todo.

¿Y el título?, me preguntaréis. Como ya he debatido en alguna ocasión sobre los retellings, no es de extrañar que os hagáis esta pregunta, jóvenes padawan… Pues bien, aunque en el primer capítulo podría decirse que sí que lo es, con todo lo de la manzana envenenada, lo del «espejito, espejito, dime quién es la más hermosa», y demás… Después se aleja tantísimo de cualquier cosa que te pueda recordar al cuento original que voy a decir que no, no es un retelling. ¿Dónde están los siete enanitos? Sobran por completo. Porque esos serían los siete pretendientes que haría de esta serie un otome y… no pega. Porque ya he dicho que, precisamente, esta historia es novedosa en que no hay rivales, ni pretendientes que hagan dudar, ni nada. Así que no. Para una historia con una protagonista pelirroja con unos cuantos pretendientes ya tenemos Akatsuki no Yona (Yona, princesa del amanecer), que, visto que está teniendo bastante éxito en España desde que Norma decidió publicarla, Shirayuki podría ser otra muy buena apuesta que traer. Ahí lo dejo, editoriales.