Será hermoso morir juntos

Título: Será hermoso morir juntos
Autora: Manuela Salvi
Editorial: Siruela
Páginas: 312
Fragmento del primer capítulo
Precio: 17€
Sinopsis: ¿Qué pasaría si la hija de un juez se cruzara en el camino de un joven mafioso? ¿Y qué pasaría si se enamorasen a pesar de que su relación estuviese condenada desde el principio? Bianca, de 18 años, se desplaza con su padre a vivir a una ciudad del sur de Italia, donde él investigará una red ilegal de tráfico de residuos tóxicos. A cargo de la red está Manuel, que con solo 19 años es un prometedor miembro del clan mafioso de los De Giacomo. Bianca y Manuel se conocen en el instituto, donde los dos estudian bachillerato artístico. Ambos comparten una vida marcada por la soledad, algo que se convertirá en el detonante de su historia de amor. Pero pronto empiezan los problemas y se verán obligados a tomar decisiones difíciles.

Opinión: Eso de mafia y amor llama bastante la atención, sobre todo si te lo plantean de un modo juvenil. Y eso fue precisamente lo que me llamó la atención a la hora de leerme este libro. Sin embargo no sabía que se desarrollaba en Italia, y es que estoy empezando a pensar que los italianos tienen un algo muy raro, ya sea por sus costumbres, ya sea por su manera de expresarse. Ya lo pensé con Oscuridad y esa manía de no usar el teléfono móvil, pero con este me pregunto qué tienen realmente contra su uso. Por el argumento, pensaba que sería como Tres metros sobre el cielo (de la que solo he visto la peli), pero empecé a leer y se me cruzó otro pensamiento por la mente: Química perfecta, pero también me equivocaba. Realmente podríamos decir que sí, que es como este, pero… tiene sus fallos para poder compararlos, pero eso lo desarrollaré más adelante.

El libro comienza con una serie de cartas muy bonitas que me recordaron a El cielo está en cualquier lugar que, desde luego, me emocionaron bastante, ya que ese libro me gustó muchísimo. Además, te lo plantean como una especie de misterio, sin saber exactamente qué pasó y a quién, y te lo van revelando lentamente y conforme avanza la historia, todo bien hilado y dosificado. En ese sentido, la trama me ha gustado mucho. Tenemos a Bianca, una joven que estudia en el bachillerato artístico y que acaba de mudarse junto a su padre a una nueva ciudad, por lo que es la chica nueva. También tenemos al chico repetidor, que no aparece casi nunca por clase, excepto cuando no le queda más remedio: Manuel. Dos personas que viven en el lado oculto de la luna, y sin embargo en dos mundos completamente diferentes. Él es un mafioso y ella la hija de un juez que trabaja en un caso junto al comisario para capturar a cierta banda responsable de ciertos delitos. Hasta ahí la trama es interesante, sobre todo con el tema del bachillerato de artes que tan buenos recuerdos me trajo y el juego que da. No me esperaba ciertas escenas, y eso que eran obvias. Sin embargo, a mi gusto, le faltan páginas. Todo sucede demasiado apresurado, y sin explicaciones, ni reflexiones, ni lógica interna, ni nada. La narración está en tercera persona, y puede que haya echado de menos la primera para manifestar precisamente todos esos pensamientos que me hacen falta, para notar una evolución y coherencia en los sentimientos de ambos. La historia es bonita, sí, pero le falta algo más.

Esta es una de estas historias en las que no hay más personajes que la pareja protagonista. Por supuesto hay secundarios, pero solo sirven para mover la historia y no son realmente importantes. Por ejemplo Valeria o Paolo, ¿cuál es realmente su papel en la historia? De Valeria, tras la discusión que tiene con Bianca, no se vuelve a saber nada; lo mismo con Paolo. Su creación parece únicamente de relleno, como si hubiera pocos personajes y necesitara meter más para hacer bulto. Porque la intención de Paolo de ser el chico que va detrás de la chica nueva se pierde. El principio del libro está bastante bien, presentando a los personajes y creando expectativas. ¿Pero qué pasa? Que todo se acelera demasiado, que el pastel se descubre enseguida y que la acción comienza muy pronto. Hubiera agradecido más escenas como las del museo (¿qué pasó con el trabajo? ¿lo acabaron?), en las que se presentan como dos personas «normales» y sus sentimientos surgen con tiempo (repito: con tiempo, no a los dos segundos). Sorprendentemente también hay escenas de sexo (no muy explícito, claro) y puede que sea una de las cosas que me han transmitido esa sensación de rapidez y algo precipitado y sinsentido. Aunque repito que la historia no está mal, pero me hubiera gustado que estuviera mejor, no sé si me explico.

El estilo me ha resultado normal, pero no muy desarrollado. Como ya he dicho, la narración la hubiera preferido en primera persona que, aunque últimamente sea eso lo que nos encontramos, es lo que a mí me pedía la historia, a dos voces. Porque a veces utiliza expresiones y descripciones subjetivas que en un narrador omnisciente no le pega nada de nada. Además, el mundo mafioso casi ni lo toca. Lo esboza, sí, menciona al clan, cómo funciona Tano y Angelo, pero nada más. Podría haber habido mucho más juego y más dramatismo al asunto, sobre todo si me lo comparan con Romeo y Julieta… Y sobre todo por cómo empieza, pero no volvemos a saber nada más de los chanchullos reales, ni de los problemas y malos rollos que hay en un grupo criminal… Puede que otra de las cosas por las que me haya decepcionado un poco la novela sea precisamente por no encontrar nada de eso. Porque, aunque sea interesante, se queda a medio camino para poder brillar en todo su esplendor; por la trama, por los personajes, por un poco de todo.

Impresión general	Puntuaciones
	Personajes: 7
	Amor: 7.5
	Estilo: 6.5
	Trama: 7.5
	Drama: 6.75