Título: Antídoto
Autora: Judit Sadurní
Editorial: Darkiss
Páginas: 360
Sinopsis: Y allí me encontraba yo. El más que temido jueves treinta de junio había llegado y, aunque pareciera mentira, mi madre había cumplido con su amenaza, poniéndome la maleta en la mano y la mochila en los hombros, y despidiéndose con un beso en la frente mientras me aseguraba que este iba a ser, con diferencia, uno de los mejores veranos de mi vida.
Opinión: Tengo serios problemas a la hora de valorar este libro. Si me centrara en el aspecto lingüístico e incluso en parte del literario tendría que decir que no es un buen libro. Sin embargo, la historia que cuenta, así como los personajes que nos presenta, dentro de una más que sufrida estereotipación, consiguen superar esas barreras para quedarse con el lector y que este se acerque a la historia y acabe con un regusto dulce. Por ello, no puedo considerar en ningún caso este libro como algo que no merezca ser leído, si bien si por mí fuera antes tendría que pasar por las manos de un corrector de estilo cuando menos.
Nos encontramos ante un libro cuya trama es simplemente el primer viaje al extranjero de una chica un tanto especial. No especial en un sentido sobrenatural, sino simplemente en el sentido de que todo lo que ha vivido ha sido negativo para sus relaciones con los demás, y encima sabe que se va fuera del país para que sus padres puedan separarse sin ningún remordimiento por hacérselo pasar mal. Al principio, tendremos a una quejica que no ve nada bueno en ese verano tan especial que su madre le ha conseguido, sino solo cosas negativas. Sin embargo, lentamente, uno de los monitores irá ganándose su confianza, y varios compañeros le irán demostrando que no está tan sola como quiere mostrar, ni es tan fea como piensa. Quizá el libro parezca un tanto optimista, pero no se puede negar que consigue que la trama esté bien hilada, y nunca hay ningún salto que no sea perfectamente lógico, generalmente con una pequeña base en «lo que la protagonista no dice». Quizá ese es uno de los temas que más dejan claro que estamos ante algo que se intenta diferenciar no en la trama, sino en la protagonista y en su forma de ver la vida.
Al principio, personalmente, me parecía que era un modo de verlo todo muy… cómo decirlo… pesimista y al mismo tiempo lógico, pero muy agobiante. Nada estaba al gusto de la señorita, no podía ver nada bueno en el mundo, no comprendía a nadie que quisiera acercarse a ella, no comprendía nada de lo que hacían los demás, básicamente era incapaz de observar a los demás sin juzgarles y al mismo tiempo se sentía indigna para hacerlo. Una situación tan… rara y al mismo tiempo tan normal que llama mucho la atención. Sin embargo, conforme va conociendo a la gente, conforme el resto de la gente hace esfuerzos para conocerla, ella va descubriendo que hay muchas cosas en las que no había pensado. Y eso, y no otra cosa, es lo que hace que esta novela merezca ser finalista de un premio, ya que consigue que el lector empatice perfectamente con la protagonista y sienta el cambio que se va produciendo en ella, eso sí, quizá un ritmo un poco más pausado en los últimos momentos del cambio hubiese estado genial. Además, quizá al ver a alguien que ve la vida de una manera tan distinta enfrentarse a situaciones que muchos hemos pasado, aunque sea en un escenario muy distinto al habitual ayuda a que el lector pueda acercarse a ella y evaluar sus propios sentimientos durante esos eventos. Por otro lado, estoy dejando muy de lado al resto de personajes que tienen tanta o más culpa que la protagonista de que la novela realmente consiga tocar algún corazón. Y es que emplea a cada uno de los distintos personajes para mostrarnos distintas problemáticas juveniles, quizá no en profundidad, pero sí lo suficiente para que la protagonista tenga que reaccionar ante esas realidades y, por tanto, el lector tenga que enfrentarse a cuál sería su reacción. Lo mejor en este sentido es que el libro no intenta venderte que hay una reacción perfecta ante cada situación, sino que te muestra algunas posibilidades, sobre las que hace un juicio bastante directo, desde una perspectiva de lo moralmente aceptable si consideramos a las personas como algo más que sus situaciones personales, pero no niega la posibilidad de que otras personas sientan de otro modo.
Sin embargo, todo este buen trabajo con los personajes se ve empañado por una sintaxis y una elección de léxico bastante cuestionables. De hecho, muchos de los problemas sintácticos que he visto son propios de pensar que el español es realmente libre en cuanto a estructura. Con esto quiero decir que frases en las que el sujeto estaría normalmente en primera posición o en última, lo coloca por ejemplo entre el verbo y el complemento directo. Probablemente el que estuviera preparándome para un examen de sintaxis justo en ese momento no hizo ningún favor al libro, pero cualquier nativo notaría la extrañeza que le provocan esas oraciones, si bien puede que no supiera ubicar el problema. Y esa extrañeza no actúa en beneficio del libro puesto que intenta imponer un ritmo fluido en la lectura para que nos introduzcamos en la mente de la protagonista y comprendamos sus sentimientos, pero al alienarnos usando esa sintaxis consigue lo opuesto: la protagonista nos resulta aún más alejada de nuestros estándares de lo que ya era en su momento. Y lo dice alguien que emplea estructuras sintácticas alejadas de la norma con bastante frecuencia, es decir, no lo estoy diciendo porque piense que no se pueda hacer, sino porque el objetivo de hacerlo no puede ser facilitar la lectura en ningún caso, y eso es lo que debería haber hecho la autora. No voy a negar que las descripciones me han parecido muy preciosistas en algunos momentos, si bien me ha faltado algo de detalle en cuanto a los personajes y, sobre todo, respecto a algunos aspectos de situaciones espaciales.
En conclusión, se puede entender que, tanto por trama como por los personajes, el libro hubiese sido un más que digno ganador de cualquier concurso tanto por su perspectiva social como por su perspectiva subjetivista, pero adolece de un estilo poco pulido que le lleva a perder bastantes puntos. Aun así, si sois capaces de superar esos momentos en los que el estilo decae y complica la lectura, os encontraréis con una historia interesante que os tocará la fibra sensible. De hecho, me encantaría leer Lilim, la ganadora del premio, ya que si este tiene esa calidad con esos pequeños fallos, probablemente el otro consiga emocionarme de la misma manera.
Impresión general
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Puntuaciones
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Trama: 8
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Personajes: 8
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Estilo: 5
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Amor: 7
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Comienzo: 5
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No acaba de llamarme la atención pero tal vez en un futuro le de una oportunidad.
Un beso