Esta Hacedora quedó encantada con la relación entre estos dos compañeros de trabajo
Título: Cariño, cuánto te odio
Título original: The Hating Games
Autora: Sally Thorne
Traductor: Santiago del Rey Farrés
Editorial: Espasa
ISBN: 9788467050455
Sinopsis: Lucy Hutton es la asistente de una editora de la vieja escuela, preocupada por la calidad de los títulos que publica. La editora se ve obligada a fusionar su pequeña editorial con una gran editorial comercial, y Lucy se ve obligada a trabajar con Joshua Templeman, el asistente del editor en jefe de la otra editorial, preocupado únicamente por las ventas. Lucy y Joshua se convierten inmediatamente en enemigos, pero del odio al amor ya sabemos que hay sólo un paso…
Opinión: Vamos a ver. Hace poco comencé un viaje de investigación hacia historias de amor/odio (buscando el «enemies to lovers») y por cosa del destino apareció este libro entre mis manos (estas historias me dan la vida así que, por favor, si conocéis más del estilo dejadlo en los comentarios). Y es justo, exacta y precisamente lo que andaba buscando. Una novela de personajes al 100% donde lo único que importa es la relación que tienen y cómo evoluciona, donde, además, están en un constante tira y afloja, con juegos y peleas infantiles para ver quién gana al otro: un pique adictivo que te recuerda inevitablemente a la cancioncita «los que se pelean se desean».
En inglés, el título hace referencia directa a esos juegos que tienen y que son tan especiales. Por eso, la traducción que han adaptado no me acaba de convencer lo más mínimo, pero deja claro que existe un amor/odio, así que supongo que ni tan mal. ¡POR FIN! De verdad que la búsqueda fue exhaustiva y, aunque en inglés parece que encontré unos cuantos, en español no tanto (o que no hubiese leído ya como el de Asesino de brujas, que os lo recomiendo también), así que, de nuevo, por favor, si conocéis más relaciones del estilo, hacédmelo saber. A fin de cuentas, es un tópico clásico (remontémonos, por ejemplo, a Orgullo y Prejuicio y sabréis por qué me tiene ganada desde el principio).
La trama queda a un lado porque no es tan esencial como ellos dos. Compañeros de trabajo a la fuerza, obligados por la fusión que tuvieron sus editoriales, que se «odiaron» desde el minuto uno en que se conocieron (al igual que sus jefes). Desde entonces su relación se convirtió en ver quién conseguía «ganar» al otro en alguno de sus múltiples juegos psicológicos y ver quién lograba tener la última palabra en cada una de sus discusiones ingeniosas y mordaces. Todo eso mientras trabajaban, claro. Porque su relación es estrictamente profesional. Aunque Josh no deja de hacerle preguntas personales al encontrar por internet el blog de la plantación de los padres de Lucy. Y esta de repente tiene la brillante idea de contarle un sueño húmedo que tuvo la otra noche… Así que digamos que su relación no es tan profesional como quieren hacer ver (aunque, por supuesto, todo va creciendo con el tiempo). Ya lo dicen: del odio al amor hay solo un paso.
Los personajes creo que está claro a estas alturas que son quienes tiran de toda la novela y en quienes recae todo el peso. Lucy es bajita y solitaria, lo único importante que tiene es su trabajo, pues perdió a su mejor amiga por una discusión cuando la despidieron y es en lo único en donde puede perderse y pasar el tiempo. Sus padres están lejos y tiene complejo por haber nacido en el campo y ser ahora una urbanita. Aunque, más bien, lo que tiene es un síndrome del impostor bastante interesante al no sentirse tan importante o digna como ellos la ven. Joshua, por su parte, es bastante más reservado y un hombre de negocios. Lucy no ha conseguido verle sonreír ni una sola vez, y eso es lo que más rabia le da (y motivo principal por el que juega a esos juegos silenciosos que tienen: para ver si consigue robarle una sonrisa).
La narración está en primera persona, desde el punto de vista de Lucy, en presente. Hace bastante tiempo habría dicho que no me convencía esa combinación (primera presente), pero ahora es que la uso como el respirar, así que para mí es adictiva y ligera. Te metes en el personaje en su ahora, y tienes la misma información que él. Ninguno sabe qué va a suceder, pues no hay nadie omnisciente que deje caer pistas ni nada. Solo estás tú y el personaje y lo que sucede a su alrededor es lo único que puede ayudarte a intuir por dónde van a ir los tiros o lo que pueden estar pensando el resto de personajes. El estilo es fresco, adictivo, y cuando menos te lo esperas estás atrapada entre las páginas queriendo saber más.
En conclusión: si os gusta ver cómo dos personajes no se soportan y no dejan de lanzarse pullitas y te provocan una sonrisa tonta al verles porque descubres que, en el fondo, lo están disfrutando también, no esperes más a leerlo. Y, luego, cuando estrenen la película (sin fecha todavía), visionalízala para volver a sentir esa sensación calentita en el pecho.
Impresión general
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Puntuaciones
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Personajes: 9
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Amor: 8.5
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Trama: 8
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Tensión sexual: 8.5
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Estilo: 8.5
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