Diario de un Doctor de Hadas (1)

Nuestro país, la bella Gran Bretaña, está lleno de míticas leyendas y seres fantásticos. El trabajo de un doctor de hadas, capaz de verlas y hablar con ellas, reside en comprender esos misterios que nos rodean y en conocer el carácter de esas criaturas. Para empezar, debemos saber que durante siglos, hasta la época en la que nos encontramos (siglo XIX, por si estás leyendo mi diario después de mi muerte) la existencia de las hadas ha sido puesta en duda en innegables ocasiones, sobre todo actualmente. Tiempo atrás, no era tan complicado que la gente creyera en ellas, pero ahora… supongo que la lógica está por encima de la fe. Por desgracia, quedamos muy pocos doctores de hadas y según temo, en el futuro no habrá ninguna persona que crea en su existencia. Sin embargo, y para intentar impedir que eso ocurra, dejo mi diario a vuestra disposición para que compartáis mis conocimientos.

En esta entrada os hablaré de los diferentes tipos de fae. Los fae es el nombre que reciben el conjunto de seres mágicos, así como “hada” que es un derivado de esa misma palabra. Todos ellos se pueden dividir en los cuatro elementos de la naturaleza.

Del aire:Todos los fae con alas para volar son del tipo aéreo. Todas las tormentas y céfiros son su trabajo, desde la brisa más pequeña, hasta el más terrible huracán. A menudo eligen adoptar figuras de pájaros, pero otras veces pueden añadir sus propias características a la de una figura humana, por eso los hay de muchos tamaños. Les gustan mucho las alas emplumadas. Muchos hablan el lenguaje de los pájaros y les enseñan el idioma de los humanos.
El aire es una fuerza creativa, lo que hace que las hadas del aire afecten al intelecto, ya que son quienes estimulan la creatividad y la inspiración.

Los fae que pueden volar son los más avanzados, ya que tienen las características de los cuatro elementos. Las alas son el símbolo del aire, las piernas de la tierra, su capacidad de brillar del fuego, y poder cambiar de aspecto representa la fluidez del agua. Además de estos cuatro, está el quinto elemento mágico: la luz de la luna.

Tipos: Fachan, Gremlin, Phooka, Slyphs y Trows.

De la tierra:Su cualidad son los famosos círculos de las hadas. Este tipo de fae son la fuerza espiritual de la naturaleza. Residen en lo profundo de la tierra, pudiéndolas encontrar en túmulos, piedras, raíces, grutas, cuevas, canteras y pozos de minas.

Su trabajo consiste en mantener el equilibrio de la tierra. Debido a su estrecha relación con los metales y maderas, la artesanía de las hadas de la tierra por lo general llega a superar a la de los humanos.

Este tipo de fae, se puede clasificar en dos subcategorías:

Hadas de las montañas: Bluecap, Dwarfs, Coblynau, (Hob)Goblins, Redcaps, Spriggans y Trolls.
Hadas de los bosques: Bally Bogs, Boggarts, Brownies, Gnomos, Leprechauns, Knocker, Pixies, The Green Man y Will’o’wisps.

Del agua:Las corrientes de agua es el lugar predilecto de las hadas de este tipo. De hecho, cruzar el flujo del agua es el método para conseguir llegar a su reino. Tanto los océanos, lagos, ríos, manantiales y piscinas como las gotas de lluvia o lágrimas, son probablemente, el refugio de estas hadas.

Las hadas del agua curan y purifican la tierra. Comúnmente, su presencia se comunica a través de los sueños humanos.

Tipos: Beansidhe, Kelpies, Leanan Sidhe, Mermaids, Merman, Merrow, Selkies, The Fir Darrig, y Undines.

Del fuego:
Muchas sociedades inculcaron por tradición que debido a que el fuego tiene propiedades mágicas, era un buen sistema para asignar a los fenómenos de las hadas. Las festividades paganas como Beltane o Samain (sus solsticios), fueron reconocidos por las hadas, cuando se reunieron en torno a las llamas ceremoniales.
Las chimeneas, en particular, servían como casas para numerosos tipos de hadas.

Dan riqueza y regalos a sus amos. Son excelentes trabajadores en corrales, talleres, perreras o establos. Si tienes la suerte de tener a uno en tu casa, ten cuidado de proporcionarle un reconocimiento rápido y adecuado. Los espíritus del fuego reflejan la naturaleza volátil de su elemento y pueden llegar a ser bastante hostiles cuando se sienten menospreciados.