¡Cuántas cosas se pueden saber solo con observar y preguntar! Aunque por supuesto también hay que recorrer todo el país e investigar. Al releer la última entrada que dejé en este diario me di cuenta de lo ingenuo que había sido. ¿Cómo era posible intentar empezar a contar cosas sobre los fae empezando por el final? Me di cuenta que los que en un futuro duden de su existencia, lo que necesitarán son pruebas, hechos y una historia sólida. Lo di demasiado por sentado. No me paré a pensar en las consecuencias que eso traería y por ello voy a remendar ese error con este nuevo capítulo.
Nuestra bella Gran Bretaña es un país muy misterioso y muy extraño. Cada rincón de este lugar cuenta con sus propias costumbres, mitos y leyendas. Aunque en el fondo todas son las mismas con diferentes nombres. También es cierto que determinados tipos de seres prefieren vivir en un sitio y no en otro, por eso algunos lugares tienen en sus culturas diferentes criaturas que otros no tienen.
En esta ocasión he decido empezar de verdad por el comienzo. Si la última vez conté y clasifiqué a los diferentes tipos de hada por su elemento, esta vez lo haré por su sociedad y jerarquía, para así explicar que no todas las hadas tienen por qué ser buenas. La clasificación, esta vez, la haré con la diferenciación de hadas ofensivas y amigables, que a su vez están catalogadas como pertenecientes a un tipo de Corte u otra. Pero eso ya lo iremos viendo más adelante conforme sigáis leyendo.
La sociedad y organización en que viven las hadas tiene un gran parecido con la de los humanos, aunque por supuesto tiene algunos aspectos distintivos. El hogar tradicional de las hadas son las antiguas obras de tierra, como las fortalezas y los túmulos. La palabra hada, en gaélico, es Sidhe, que quiere decir gente de las colinas. Por las noches, las colinas de las hadas aparecen encendidas, con centenares de pequeñas lucecillas centelleantes.
Las hadas celebran sus propios ritos, tal y como comentaba en la entrada anterior con las hadas del fuego. Hay veces en que la colina se eleva sobre unos pilares, para mostrar las luces brillantes de las hadas, que paulatinamente avanzan en procesión hacia otros cerros. La época tradicional en que esto ocurre es en la fiesta de la Cosecha (el 7 de agosto). Sin embargo, la época en que los montañeses, la gente más temida entre los fabulosos habitantes de la isla de Man, cambian de morada es el día de Todos los Santos (el 1 de noviembre).
Por supuesto, todo aquel a quien se le ocurra invadir estos cerros de las hadas, o algún otro hábitat suyo, que se abstenga de hacerlo, por su propio bien. De todas formas, no hay nada malo en observar discretamente, como hizo un servidor, y hasta es posible que incluso se vea recompensado si es amigable. Sin embargo, si las hadas parecen reacias a salir de su colina, para descubrir la entrada solo hay que dar nueve vueltas en torno al cerro, en una noche de luna llena. Pero no os preocupéis. Si no queréis correr el riesgo de que os pillen, o simplemente no tenéis el valor suficiente para penetrar realmente en la morada de las hadas, podéis pegar el oído al suelo y tal vez seáis premiados con los ruidos de sus algazaras.
Pero me estoy yendo realmente de tema. Lo que yo quería comentar hoy en esta entrada de mi diario es la estructura jerárquica y feudal que tienen las hadas. En Escocia esta división se basa en la Corte de los Seelie (que podría ser traducido como “los bendecidos”) y en la Corte de los Unseelie (“de los malditos”). En la primera Corte, las hadas que la conforman son aristócratas; están gobernadas por un monarca y viven en una sociedad que evoca las cortes de la Europa medieval. Algunos de sus soberanos han pervivido en el folclor y la literatura. En el Sueño de una noche de verano de Shakespeare, Oberón y Titania, reyes de todas las hadas británicas, están al mando de una coalición de hadas grupales inglesas muy bien organizada. No se sabe muy bien si Shakespeare contrató a un doctor de hadas para poder escribir su obra, o si él mismo era uno de nosotros, pero lo más probable es que fuera la primera opción.
Otros famosos soberanos de la Corte de los Seelie son Fin Bheara y Midhir, reyes legendarios de las Tuatha (en Irlanda); Ethal Anbual, rey de las sidhe, y las reinas Mab y Micol de Inglaterra. Las leyendas irlandesas referentes a las Tuatha, hadas que veneraban a la diosa Dana, serán tratadas en otra ocasión, porque es prácticamente otro mundo aparte.
Las Seelie pueden ser traviesas e incluso peligrosas, pero rara vez son malvadas. Están enfrentadas con las Unseelie, unas hadas malvadas entre las que se cuentan las Sluagh, a menudo consideradas como los espíritus de muertos malvados. Esta oposición también existe en Gales, donde las hadas malvadas reciben el nombre de gwyllion, y en Irlanda, donde se denominan adh sidhe. Los elfos tienen una división similar.
Las hadas más comúnmente conocidas dentro de la Corte de los Seelie son los Hobgoblin, y sus primos: Brownies, Ferrishyn, Selkies y los Leprachauns. Como estos son los más “accesibles” les dedicaré una ficha especial a cada uno de ellos en la siguiente entrada de mi diario.
Uhm… estoy deseando saber más de los brownies… ¿tendrán algo que ver con cierto bizcocho de chocolate?, y los hobgoblin… ¿serán como las criaturas trasgoides de tantos y tantos universos de fantasía actuales?
Por otro lado, yo creo que shakespeare embaucó a algún fae para que le contase cosas de su casa, y de ese modo mostrarla al mundo como el sueño de una noche de verano.
En cuanto a las nueve vueltas en torno a una colina… qué de kilómetros habría que hacer para entrar en una de las grandes, ¿ no? X_X
¿Entonces tu teoría es que Shakespeare era un doctor de hadas? La gente normal no puede ver a los fae, solo los doctores… Por ejemplo, en HakuYou, Edgar contrata a Lydia como su doctora de hadas para que le ayude con los problemas que tenga con las hadas, pero él no puede verlas… de momento.