Diario de un Doctor de Hadas (3)

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Y aquí está lo que os prometí en la última entrada de este diario; un pequeño glosario sobre algunos de las hadas más accesibles de la Corte de los Seelies:

Brownies: Estas criaturas tienen varios nombres, según la localidad: se llama bwca (Booka) en Gales, bodach en las Tierras Altas de Escocia y fenoderee en la isla de Man.
Tiene varias características por las que se le puede reconocer con facilidad. Típicamente es un hombrecillo peludo, con orejas puntiagudas, dedos largos, piel oscura y arrugada y muchas veces suele andar desnudo o vestido con ropas azules, verdes, o pardas. Su escaso tamaño les hace ser bastante prudentes con los gatos y con los seres humanos para que no invadan sus casas. Si bien los brownies de las Tierras Altas no tienen dedos ni en las manos ni en los pies, los brownies de las Tierras bajas no tienen nariz. Por lo general, los brownies «adoptan» una casa de la que cuidan. Tienen un gran sentido de la responsabilidad y salen por la noche a cosechar, trillar, segar y, en general, a hacerse indispensable. Incluso en invierno protegen el maíz del patio para evitar que se congele por las nevadas. Su naturaleza es generosa y odian a los avaros y mentirosos. Aunque suelen ser hadas nocturnas, también pueden aparecer durante el día. Sin embargo, algunos brownies que no son escoceses, si se exponen a la luz solar, perecen. Precisamente por esto, cuenta la leyenda que están familiarizados con el gallo. Cacarean por la mañana para avisar a sus amigos que es hora de dormir (incluso se dice que algunos brownies se transforman en gallos).
Por su personalidad trabajadora, gustosamente realizarán las labores que se dejaron sin hacer, aunque si creen que se lo merecen, los hostigarán por su holgazanería. En Escocia, los brownies ayudan a elaborar la cerveza. No obstante, por todos sus quehaceres y esfuerzos, el brownie no esperará más que un cuenco de nata o de la mejor leche y una torta untada con miel. Si se le ofrece algo más, se ofenderá y se marchará, como ha hecho tantas veces cuando un amo de casa bondadoso le ha dejado más cosas de las que quiere… Como ya he dicho, no son nada avariciosos y solo quieren lo que es justo para ellos. Aunque a veces, si el brownie está muy descontento con el regalo o recompensa que le ha dejado el dueño, puede llegar a transformarse en un Boggart desagradable y comienza a acosar a los habitantes de la casa, lo cual puede ser bastante peligroso, ya que son muy difícil de eliminar.

Hay dos tipos de brownies: el primero es el Killmoulis, que vaga en torno a las ruinas. Se caracteriza por su enorme nariz y carece de boca. Probablemente, los alimentos se los mete por la nariz. Sin embargo este brownie es más bien pesado y le encanta gastar bromas y, por ello, puede resultar un estorbo más que una ayuda.
El segundo es el Dobie que, a diferencia de la inteligencia de todos los demás, este es más bien espeso. Por eso, aunque él quiere ayudar, siempre está metiendo la pata por su falta de lucidez.

Hobgoblin: Físicamente se parecen a sus parientes los brownies: hombrecillos peludos, pequeños, y que se encargan del cuidado de la casa mientras los dueños están durmiendo. Sin embargo, estos son más “domésticos”, ya que son más dados a planchar y limpiar. Como recompensa, lo único que quieren es comida. Si les ofreces ropa se marcharán y no les volverás a ver, o simplemente herirás su orgullo y no trabajarán más por mucho que intentes convencerles.
Mientras que los brownies son mucho más tranquilos y pacíficos, los Hobgoblins suelen ser más bromistas. También tienen la capacidad de cambiar de forma, como nos mostró Shakespeare en el Sueño de una noche de verano, con el personaje de Puck.

Ferryshiyn: Es una palabra Manx que nombra a la tribu de las hadas; el singular es ‘ferrish’. Son las tropas de hadas de la Isla de Man, aunque no parece haber ninguna distinción entre ellas y las Sleih Beggey. Son menos aristocráticas que las hadas de Irlanda y Gales, y no tienen ningún rey o reina. Son muy pequeñas, generalmente de tres pies de alto. Les encanta la caza y tienen muy buen oído. Pueden escuchar incluso detrás de las puertas y lo que dicen en las afueras. El viento lleva el sonido a sus oídos, así que procurad hablar bien sobre ellas, porque si no, os oirán, lo sabrán, y será muy malo para vosotros. Si les admiráis, la suerte y la buena fortuna puede ser vuestra.

Selkies: En los mares que circundan Orkney y Shetlandia, se albergan las tímidas Selkies o Hadas-focas (en Irlanda tienen el nombre de Roane). La existencia de su mundo submarino es desconocido, aunque algunos creen que viven en burbujas de aire gigante. Su verdadera apariencia es la de un hada o un humano, pero se transforman en focas para cruzar el océano. Se dice que solo pueden transformarse en humano en determinadas noches, como la víspera de San Juan o de Todos los Santos, es decir, en sus celebraciones favoritas.
Una selkie puede desprenderse de su piel de foca y llegar a tierra convertida en una preciosa doncella. Si un ser humano logra apoderarse de esa piel, la selkie puede verse obligada a convertirse en una excelente, aunque melancólica, esposa. Sin embargo, si ella llegase a encontrar su piel, inmediatamente se volverá al mar, dejando al marido languidecer y morir. Aunque si ha dejado descendencia, los vigilará desde el mar.
Al contrario, las mujeres humanas pueden tener hijos con selkies machos si derraman siete lágrimas o siete gotas de sangre en el mar a medianoche. Estas relaciones no suelen ser duraderas. Después de siete años, el selkie volverá a por su hijo, ofreciendo a la madre una paga por cuidar de él. Los machos desencadenan tormentas y vuelcan barcas para vengarse de la matanza sin razón de las focas.

Leprechauns: Son una raza de zapateros, cuya artesanía es incomparable. Como resultado, sus productos alcanzan sumas sorprendentes que les hace ser seres bastante ricos. De ahí viene el origen sobre los rumores de sus ollas de oro. Suelen ser muy avaros y se muestran reacios a gastar un solo céntimo, lo que explica su apariencia pobre, a pesar de su gran riqueza. También les gusta la juerga y el baile. A veces si se dejan ver por un humano (es conveniente pillarle desprevenido para que no desaparezca en un abrir y cerrar de ojos) se pone a bailar según la melodía que este esté tocando. Si se agota puede negociar e incluso ofrecer ofertas desorbitadas, así que dejadle bailar si queréis conseguir alguna vasija de oro. Otras formas de encontrar su tesoro es buscar al final del arco iris. Si lo haces, el leprechaun te puede conceder tres deseos a cambio de su tesoro. Sin embargo, sus promesas siempre tienen truco, pues encontrarán la forma de salirse con la suya y no darte su preciado oro. Incluso pueden volver contra ti el deseo que has pedido.
El verde es el color por excelencia de esta raza, aunque su ropa, como ya he dicho, no es que sea muy extravagante. Su calzado, sin embargo, es una fuente de orgullo para ellos, ya que cada uno posee los más finos. Trabajan alegremente con un sólo zapato (nunca con un par), debajo de una hoja de romaza o de un seto.Los leprechaun son de pequeña estatura, unos 40cm, y de piel colorada con una frondosa barba pelirroja y orejas gordas pero en punta. (No se han visto nunca Leprechaun hembra). También llevan un sombrero de tres picos y en muy raras ocasiones se les ve sin él. En ocasiones, se les ha visto girar como peonzas empleando su sombrero como eje.
Algunos Leprechaun pertenecen a la Corte Unseelie, y son los llamados Cluricaun. Estos recorren las bodegas y emprenden turbulentas cabalgadas de borracho a la luz de la luna a lomos de las ovejas o de los perros de los pastores. Para diferenciarles de los de la Corte Seelie, estos visten de rojo.

2 pensamientos en “Diario de un Doctor de Hadas (3)

  1. Alexia Aikawa Autor

    E aquí la auténtica verdad. ¡¡No son elfos domésticos!! (Harry Potter). En realidad son brownies esclavizados. Y Dobby, es un Dobie (valga la redundancia) por su torpeza e inutilidad… Qué poca originalidad Rowling ¬__¬

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