Título: El ángel de la brisa.
Autor: Óscar
Temática: Novela de misterio.
Argumento: Jaime es un anciano que una vez fue un niño y que una vez amó. Al final de su vida, se dispone a escribir sus memorias, sus recuerdos de la sierra de Madrid en los años de la posguerra cuando era el único chico adolescente del pueblo y una misteriosa e inquietante chica lo cambió al mudarse con su padre a un viejo caserón abandonado que había pertenecido a su familia. El amor y el miedo a veces pueden ir de la mano, pero también pueden arrastrar un dolor que el tiempo es incapaz de olvidar.
Opinión: Bueno, me he leído los cuatro capítulos (y prólogo) que tenía esta historia, y de ahí voy a comenzar a hacer esta reseña, desde mi punto de vista y sobre qué me ha parecido. Hay que tener en cuenta que al no estar completa, no podré opinar en conjunto, ya que ni siquiera llega al punto de inflexión (nudo), ni ocurren grandes acontecimientos.
Tenemos al protagonista: un anciano contando sus memorias. Lo primero que resalta y llama la atención es que no habla como tal. Si se supone que tiene unos ochenta años, su vocabulario, desde luego, no lo parece. Lo idóneo sería que, cuando está en «presente», por decirlo de alguna forma, se notara por su lenguaje y no porque lo diga (que es una ayuda, pero quedaría más resultón con ese detalle). Sin embargo, cuando se introduce en su pasado, ya puede volver a adoptar el lenguaje infantil o juvenil (según en qué momento de su vida esté), que esto está bien. Un ejemplo donde estos contrastes se tratan muy bien es en El Nombre del Viento, donde el protagonista es ya adulto y está contando su vida, desde que era pequeño hasta la actualidad. Esos detalles se notan. En esta novela, por ejemplo, cuando está hablando de que «había unas viejecillas en el pueblo«… pues en ese momento, lo está contando también un «viejecillo» (él), y, a no ser que se odie, o se burle de sí mismo, esa parte choca. O, puede que choque, simplemente, porque un anciano no utilizaría esa palabra, que es lo que ya decía antes del vocabulario y lenguaje expresado. Las personas mayores tienden a divagar, a comparar, y, aunque esté centrado en contar sus memorias, es normal (y una característica) que tienda a irse por las ramas. Pero en el buen sentido, que conste, siempre hilando la historia. No está nunca de más dar detalles y explicar las cosas con calma. Y si puedes hacer algo para aligerar la lectura y que no resulte tan seria, mejor. Un ejemplo que se me ocurre con esa frase (más o menos, para que se vea un poco a lo que me refiero): «Había unas señoras mayores en el pueblo, que a mí me lo parecieron por aquel entonces. Tendrían más o menos mi edad actual. Aunque, ahora que las recuerdo, ahora me parecerían unas jovencitas». Y esto hablando solo del prólogo, donde el anciano está en «presente», y te presenta la situación de la historia. Pero, de todas formas, mi recomendación sería que no lo enfocaras como «memorias» propiamente dichas, sino como que está contando una historia. La diferencia está en que si son memorias, tendrá que contarlas como tal, intentando recordar y saltando a un lado y a otro cronológicamente. En cambio, si lo que buscas es una historia de misterio, trátalo como una historia (como en El Nombre del Viento, vuelvo a mencionar). Con unas memorias corres el riesgo de que se vuelva aburrido y tedioso. Con una historia, puedes mantener al lector enganchado y en tensión. Es decir, aquí es importante la figura del narrador. Si es un anciano que realmente está escribiendo sus memorias, habrá digresiones, nadie habla o escribe de manera cronológica, sino que vacila en lugares y situaciones, volviendo atrás para explicar cosas que se le han olvidado. Mientras que un cuenta cuentos contaría la historia seguida con una trama clara, tú tienes un anciano que, aunque tenga una memoria perfecta, no podrá recordar todo perfectamente en un orden cronológico (y, aunque pueda, probablemente eso ayudase a crear ambiente de angustia).
Tampoco hace falta que se recuerde constantemente que lo está escribiendo. Eso no es lo importante. Lo importante es meterse en la historia y en la piel del protagonista. En ver que si tiene seis años, hable y se comporte como tal. Todo es un resumen de su vida. Lo mejor sería mostrarlo. Vivirla. Meterse en ella, en lugar de que te esté contando un cuento. Si está escrito en primera persona, que se note, que se vea toda la emoción oculta. Un niño de seis años no puede saber (puede, pero no como un adulto) que sus padres estaban preocupados. Lo idóneo es que hubiera un contraste ahí entre la inocencia del niño de antes y del adulto de ahora. En mi opinión, a partir del capítulo uno, lo que debería hacer el autor es empezar la historia, sin que la cuenten otros. Empezarla con Jaime como el niño que debe aparecer en nuestras mentes, haciendo todas las cosas que dice que hace. Demostrándolo. No sé si me explico. En las partes en las que salta de edad, hacer cortes con el Jaime del presente (bajo la excusa de que como está mayor tiene que hacer pausas, o lo que sea) y comenzar desde el nuevo punto que quiera. Como ocurre, por ejemplo, en el capítulo dos. Así, pero desde el principio. Porque así la narración se hace más fluida con la posibilidad de meter diálogos.
«A mi juicio tendría unos trece o catorce años, como yo«. Eso es. Ya no tenemos al Jaime presente, tenemos al niño de la historia, enseñándonos cómo vivió, y con un lenguaje más apropiado a su edad. Aunque, aún hay palabras que no sé yo si, teniendo en cuenta el contexto histórico social, podría emplear. También está en duda el intelecto de Jaime. En ningún momento se dice que vaya al colegio, solo que lee libros. Podría suponer que es inteligente porque es autodidacta, pero tampoco aparecen muchas escenas dedicadas a ello (de hecho, es que no hay escenas, solo me lo cuentan, sin que yo lo vea. ¿Así cómo me lo voy a creer, ni sentir?), así que realmente estaría siendo muy amable en imaginármelo. Pero es que, que de pronto sepa cómo analizar una obra literaria, me choca bastante. Y, de hecho, siendo autodidacta si se encuentra con un libro escrito por un homónimo perfecto suyo, lo lógico es que busque e indague mucho más. Si al final son sus memorias que han viajado en el tiempo… pues aún menos lógico que se desentienda de ellas, a no ser que no quieras que el lector se fije en ese momento… lo cual no está muy bien conseguido, quizá quedaría mejor que cogiera retazos de varios libros en vez de eso.
Por otra parte, su relación con Laura… me parece muy infantil si tienen catorce años. Por aquella época, la gente se casaba unos años más tarde que eso (a los dieciocho o así), así que decir «¿hacemos las paces? ¿quieres ser mi amigo?» (y digo amigo, por decir algo) suena muy infantil. Si tuvieran menos edad, todavía. Y el resto del desarrollo de los acontecimientos lo mismo. Ocurre demasiado deprisa. No se profundiza en los personajes, solo se roza por encima, y tampoco mucho. Acaban de conocerse y ya se están contando su vida con pelos y señales. Cuánta confianza. Y en ningún momento dice que le caiga bien, oye. Pero de declararle su amor eterno sí. ¡Y decimos de la juventud de hoy en día! Con respecto a lo de su escondite secreto, también habría sido mejor que nos lo presentara antes a los lectores, ya que, si tanto es su favorito, debería pasar allí mucho tiempo (y si es leyendo y «estudiando» mejor). Sin embargo, lo conocemos porque lleva allí a Laura… Lo cual da a entender que Laura es solo un personaje que sirve para que Jaime se mueva. Y eso no mola nada. Necesitan más carisma, más gancho. ¿Laura misteriosa? A mí no me lo ha parecido. Simplemente, es que no quiere contarle completamente todos los detalles de su vida. Es normal.
Y hablando de personajes… está esa figura de Pablo, que es un chaval de unos veinte años… y Jaime en ese momento no tendrá más de diez… o incluso si tuviera los catorce que tiene en la parte más importante del relato… no me cuadra esa relación tan «familiar». Se supone que tiene un secreto, importantísimo, acerca de sus padres, un niño siempre es desconfiado cuando tiene un secreto. Es imposible desde mi punto de vista, por muy de oro que tenga el pico el otro, que aceptara Jaime algo más que simple hola y adiós. Además, que un chico de veinte en ningún caso (y menos por aquel entonces, donde ya llevaría un buen tiempo trabajando los campos) se dignaría a reconocer hasta ese punto la existencia del único niño pequeño.
En definitiva: Lo que he leído es un esbozo, un resumen de la verdadera historia que se encuentra detrás. También ha habido partes (sobre todo al principio) donde hace falta urgentemente una corrección ortotipográfica (comas, puntos, etc…) y del estilo que ya he mencionado anteriormente. Óscar, no temas escribir. Deja que los personajes disfruten un poco de su vida, y dales un poco más de ella. Como la resumes tanto, al final a penas consiguen vivir nada, y no dejas que crezcan como deberían. Las cosas no tienen que ocurrir tan deprisa, no son naturales. Cada cosa a su tiempo. Ponte en su lugar. Si tú conocieras por primera vez a una chica, ¿le contarías tu vida? ¿Le preguntarías a ella por la suya? ¿Qué haría ella? Si quieres que sea una chica misteriosa, entonces, para nada podría responderte con tanta sinceridad, y te daría tanta información.
Por cierto, ese es otro detalle. A pesar de que Jaime es el protagonista y narrador, a penas queda nada claro su carácter o personalidad. ¿Es un niño ingenuo? ¿Soñador? ¿Rebelde? ¿Es bueno en casa y hace recados de buena gana? Por cómo se ha comportado al encontrarse con Asunción no lo parece, pero… no es suficiente información como para juzgarlo. Tienes que trabajar más a los personajes. A esto se añade que el narrador se supone que dispone de la experiencia de la vida, y, sin embargo, no hace nada para mostrarla excepto algún que otro retazo para mostrarnos lo importante que es para él lo que sucedió. Podrías hacer que se riera de sí mismo, como todos hacemos de nuestros «yo jóvenes» al contar una historia. O hacer que dijera en algún momento cosas que fueran foreshadowing, «poco sabía yo que…», que funcionan para interesar al lector en lo que va a suceder. Juega con el narrador, que no sea simplemente el que está contando con voz monótona la historia.
Eso sí, decídete entre narrador omnisciente y narrador del futuro. «Laurita dudaba» no, «En su cara se dibujó una mueca de duda» o , «su hermosa cara se contrajo al reflexionar, probablemente dudando si…»
Otra cosa, no es lo mismo un cuenta cuentos que un anciano que cuenta su vida, el segundo siempre va a dar más vueltas a los hechos, reflexionando sobre ellos según los cuenta. En serio, aprovecha al narrador, has tenido una idea buena al utilizar un narrador tan poco fiable para darle misterio, ahora, no lo dejes en la estacada. Hablando de esto, los diálogos, creo que hubiesen quedado mejor, ya que ahora me parecen bastante carentes de personalidad, si el narrador los hubiese añadido a la narración. «Y recuerdo con una sonrisa lo que me dijo, riéndose musicalmente mientras lo hacía» …
En cuanto al lenguaje utilizado, das muchas vueltas, utilizando derivados de la misma palabra (lo que hace que se sienta repetitivo y cansino en algunas partes) y, aunque intentas utilizar el lenguaje de las emociones para acercar al lector, lo cierto es que le alejas más que acercas pues no eliges un vocabulario de sentimientso «fácil» sino uno complejo, basado en la experiencia vital de una persona mayor.
Insisto que, como he dicho al principio, esto es solo mi opinión. No tengo por qué tener razón, ni que mis consejos sean acertados, pero es lo que creo que mejoraría la historia. En esos cuatro capítulos es lo único que te he podido sacar. Por otra parte, si quieres que sea una historia de misterio, como indicas en el tema que es, (no he podido llegar a esa conclusión por la historia en sí, ya que, como ya he dicho al principio, no ocurre nada extraño), métele más dramatismo, más tensión y más cosas extrañas, aunque sean normales. No digas «tengo un secreto, pero no te lo voy a contar«, porque estás vacilando al lector. Si no lo vas a decir, pues no lo digas. Claro que todo eso también dependería del narrador, pero como todavía no me ha quedado claro cómo es… Y como sucede todo tan rápido… Pero claro, también hay que saber planificar cuándo meter esos sucesos. Quizá una pista en el prólogo, cuando lo cuenta Jaime presente, estaría bien. Pero sin ver más detalles de lo que planeabas hacer, no puedo decir más. Así que eso es todo lo que puedo decirte. Espero que te haya servido de algo.
Gracias por la crítica a lso hacedores. Intentaré decir algunas cosas y comentar dudas.
El libro no son unas memorias de toda una vida, sino que intenta reflejar un hecho que ocurrió cuando el protagonista tenía 14 años. Prestaré atención a vuestros comentarios e intentaré hacerle más viejo a la hora de hablar. ¿Pero podría usar la primera persona sin ser unas memorias? He ahí mi duda. Tengo El nombre del viento aparcado en mi estantería, pero me lo leeré cuando acabe los dichosos exámenes de febrero, así que intentaré coger ideas, aunque me leí los primeros capítulos aunque todavía no han hecho referencia al pasado.
En cuanto a los personajes debo matizarlos más. Con Jsime intenté reflejar que era idiota perdido y quise demostrarlo con sus diálogos con Laurita y con la conversación con Doña Asunción donde dije lo del reguero de baba. A Laurita todavía faltan unos capítulos para que sea misteriosa, pero tiene que pasar algo en el siguiente capítulo, donde empeiza la chicha (ya lo tengo escrito). ¿Debería empezar con el misterio antes?.
Luego Pablo es un personaje que añadí para reflejar la sensación de pérdida, aunque creo que debería añadir un motivo para que estuvieran más unidos. No sé, que vivieran cerca o que le hiciera gracia el chaval, con lo que debería añadir escenas. Ahí de acuerdo.
Y lo del libro. Debo releerme el capítulo, pero tengo una duda. ¿Si pusiera que el libro era infumable es creíble que no se preocupe por él? Creo que debería profundizar más en esa idea. En el siguiente capítulo el libro cobra protagonismo, pero se me borró. Debo añadir unos cuantos capítulos más para que os hagáis una idea.
A ver qué más.
Sí, el protagonista se odia a sí mismo por algo que pasó con la chica. ¿Creéis que debería profundizar más en eso?
Y los diálogos y la relación entre la pareja. Debo mejorarlos, pero una parte importante de la novela es que Jaime la ve como alguien especial y ella niega todo. Vaya, debería haber colgado más. ¿Qué enfoque? Lo que planeaba era que el chico demostrara su imbecilidad y babeara por ella, pero me doy golpes con la cabeza por eso.
Tengo muchas dudas, pero espero que cuando suba más podamos ver más cosas en conjunto, pero quería preguntar algo. No estudio filología ni nada por eso me cuesta la gramática. ¿Sabéis de dónde podría sacar información para eso? Me baso en lo que leo de libros que cojo ya sean de historia o algunos clásicos, pero se ve que meto la patita.
Bueno, después de febreo tendréis noticias mías con más actualizaciones. Si me pudieráis decir un manual bueno para los puntos, comas y puntos y comas, os lo agradecería mucho(he estado cotilleando por el blog y creo que khardan hacía filología inglesa por algunas reseñas. Mis excusas, soy un curioso.).
Madre, cuánto he escrito. Espero haberme expresado bien.
Podrías usarlas, pero, si sólo quieres contar un hecho, creo que quedaría mejor que en vez de escribirlas se las estuviera contando a sus nietos/amigos/voluntarios que pasan a oírle. De esa manera además, no tendrías que forzar demasiado el lenguaje.
No es tanto que empieces con el misterio como que no vaciles hablando de otros misterios. Y, en cualquier caso, no está muy bien conseguido lo de que sea estúpido, dado que si es el que te está contando la historia no va a tratarse a sí mismo así, sino que intentará "justificarse" de cualquier modo.
Evidentemente tendrías que profundizar en los sentimientos (sobre todo si son tan poderosos como dices) aunque, repito, si es un anciano intentará al contar las cosas no quedar demasiado en evidencia.
El mejor sitio para sacar información acerca de la gramática es la misma RAE (tanto en versión escrita como en versión digital) pero si tienes alguna duda particular déjala en un comentario e intentaremos respondértela (al fin y al cabo los tres estudiamos filología, o lingüística)
Y, por supuesto, el mejor manual (así como el oficial) acerca de la ortotipografía no deja de ser la Ortografía de la RAE que acaba de salir al mercado. Lo mismo, si no entiendes algo, ponlo aquí o en el post de la campaña e intentaremos solucionarlo de una manera que lo comprendas.