Título: El verano de la ubume
Título original: Ubume no natsu
Autor: Natsuhiko Kyogoku
Editorial: Quaterni
Traductor: Isami Romero
ISBN: 9788494180217
Sinopsis: Ubume: fantasma japonés con forma de mujer pájaro que surge de la sepultura de las embarazadas que mueren en el parto.
Verano de 1952, Tokyo, el periodista Sekiguchi Tatsumi decide consultar con su amigo, el librero Chuzenji Akihiko, un extraño rumor sobre la familia Kuonji: «¿Es posible que una mujer esté embarazada durante veinte meses?».
Kyogokudo, apodo que recibe por su librería, es un investigador de fenómenos paranormales que no cree en fantasmas. Sin embargo, en este caso hay un misterio adicional y es que el marido de la embarazada desapareció en una habitación cerrada al poco tiempo de quedarse ella encinta. Con la ayuda de sus amigos, el detective Enokidu, el valiente policía Kiba y el lógico y racional Kyogokudo, Sekiguchi se verá envuelto en un misterio mucho más complejo y perturbador de lo que inicialmente parecía.
Opinión: No suelo ser lectora de novelas policíacas, pero me topé con esta, que además es japonesa, y tengo que decir que puedo entender por qué están tan de moda. Es una novela entretenida, ligera, y que te cuenta una historia surrealista impregnada con toques de lógica y raciocinio (sí, ¿a que suena contradictorio?). Por no hablar de tratados filosóficos que, en contra de lo que pueda parecer con solo nombrarlos, no se hacen para nada pesados. A mí, al menos, no. De hecho, son todas esas vueltas en las explicaciones de Kyogokudo lo que genera que puedas acabar creyendo o entendiendo, más bien, todo el misterio que nos rodea, pues, como este mismo personaje dice siempre: «En este mundo no existe nada misterioso, todo tiene una explicación». Leyenda de la cual se compone el libro, como podemos ver en la portada.
La novela comienza con un narrador en presente que actúa como protagonista en esta novela (aunque no lo parezca, porque el tío es el personaje menos interesante de todos) del que no podemos creernos nada de lo que nos cuenta. Tenemos que poner un poco de nuestra parte, y suspender todos los prejuicios que tengamos de Sekiguchi, para aceptar que lo que ve es real o tiene algo de sentido. Nada más empezar a leer, vemos que es un hombre bastante especialito, pues duda de cualquier cosa. Al principio, nos narra el escenario por el que se mueve, y nos dice que ese lugar no tiene nombre. Acto seguido se corrige, y admite que está mintiendo, dado que es posible que lo tenga, pero que él no sabe cuál es. Y lo cierto es que ese es el mensaje que mantiene durante toda la novela. Es un narrador para nada confiable, con quien tendremos que trabajar para saber qué cosas creernos y qué cosas no de lo que ocurre durante el transcurso de la narración. Y aunque esto pueda parecer original, pues tenemos que ser nosotros también detectives y saber mirar más allá de lo que nos cuentan (y eso quizá haga que a veces seamos más rápidos y más listos y nos adelantemos a la resolución y nos resulte predecible), resulta también bastante molesto cuando hay detalles que nunca vas a poder resolver. Me estoy refiriendo a un caso en concreto, referente a este mismo personaje, y la relación que mantuvo en el pasado con otro personaje. Y me encanta el doble sentido que acabo de hacer con esa frase, porque es perfecto para lo que quería dejar caer. Mi duda (y la de cualquier lector, porque si alguien lo tiene claro, que me lo señale, por favor) es un poco desveladora y no sé si dar más detalles, pero tiene que ver con «aprovecharse de alguien». ¿¡Hubo violación o no!?
Pero dejando a un lado la mayor duda e incertidumbre que, posiblemente si leéis la obra, vosotros también tendréis y que quizá dé para elucubrar entre todos, os paso a contar brevemente de qué va exactamente la novela. Sekiguchi (el narrador del que os he hablado antes que está más loco que cuerdo, por mucho que le moleste) es un periodista del montón, a quien, desde mi punto de vista, nadie respeta lo más mínimo (con razón). Parece que, según quienes le rodean en el trabajo, solo sirve para escribir artículos sobre el moho, o algo así, o chismes sin sentido en cualquier kasutori (revista sensacionalista). De hecho, su próximo artículo quiere tratar sobre el embarazo de una mujer que está durando veinte meses, y para ello va a charlar con su amigo Kyogokudo, que en realidad es un apodo, porque es la librería en la que trabaja la que se llama así, para que le aconseje sobre ello. Kyogokudo es el personaje más interesante (junto a Enokidu) que nos vamos a encontrar en esta novela, ya sea por sus grandes conocimientos sobre la mitología japonesa, o por su personalidad tan calmada y a la vez extraña que tiene, porque es que, además de ser librero, se dedica a exorcizar personas como chamán y como sacerdote sintoista. Tiene gracia porque el nombre de este personaje coincide también con el del autor de la novela (más o menos), y es quien parece que tiene todas las respuestas porque es un gran pensador y puede deducir lo que ocurre.
¿Pero qué tiene que ver la mitología japonesa con todo esto? ¿Es un libro paranormal donde aparecen criaturas extraordinarias o monstruos terroríficos? Pues no. Como he adelantado antes, es un libro con elementos surrealistas para hacernos ver que el folclore forma parte de nuestras vidas, pero que en realidad todo tiene una explicación completamente racional y científica. Es esa mezcla la que nos hará adentrarnos en la historia y sentirnos imbuidos en ella, como si fuésemos fetos en el vientre de nuestra madre: cómodos y sin poder salir. Sí, la imagen es un tanto extraña, pero hace juego con el trasfondo de El verano de la ubume. ¿Pero qué es una ubume? ¿Por qué se llama así el libro y qué tiene que ver? Al comienzo de la novela aparecen distintas citas de distintas fuentes que describen lo que es una ubume para cada uno, así como también aparece dentro de la novela explicado por el librero. Lo que nos tiene que quedar claro es que se trata de una figura mitológica, con rasgos de pájaro, que secuestra bebés después de que estos hayan nacido, o de que su madre haya muerto en el parto o algo similar. Si a esto le sumamos el extraño caso de la mujer que lleva veinte meses embarazada… La unión parece tener sentido.
¿Y cómo es posible que una mujer lleve tanto tiempo en estado? Esa no es la pregunta, ya que ese no es realmente el misterio que envuelve la novela. El misterio es que el marido de la parturienta lleva desaparecido casi desde que la mujer quedó encinta. Lo que Ryoko Kuonji, la hermana de la «viuda», quiere saber es qué ha sido de Masao Fujino (Fujimasa para los amigos) y para eso acude a un detective privado: Enokidu. Este, amigo también del narrador, es otro personaje singular con el que pasaremos un buen rato. Sin embargo, a pesar de que son amigos, como los japoneses son muy especiales también, por el mero hecho de ser un año mayor (fue su senpai en el instituto) le trata de usted, aunque el respeto en realidad tenga más fuerza con Kyogokudo, al que le tutea porque son de la misma edad. Esto en realidad se supone que es un chiste y una ironía que el autor quiere transmitir, pero a mí me sigue descolocando bastante. El caso es que Enokidu, al igual que Kyogokudo, no tienen el más mínimo interés en investigar; pueden resolver el caso simplemente recibiendo la información, sin pisar el escenario (aunque sí que interrogan para recibir la información de primera mano). Por eso, Sekiguchi, que tiene que meterse en todos los lados, decide ayudar en el caso y ser el ayudante del detective. ¿Y por qué no actúa la policía de verdad? El caso es que lo hizo, pero por falta de pruebas se cerró el caso. Sin embargo, falta el otro personaje importante de la novela que completa el grupo de amigos: Kiba, que forma parte de la policía. Así, los cuatro se sumergirán en este misterio que intentarán resolver.
El verano de la ubume es la primera novela de la serie «Desfile nocturno de los cien monstruos» (Hyakki Yako), pero también funciona como novela independiente, lo cual es un alivio porque no sabemos si la editorial va a publicar las continuaciones. Según tengo entendido, el resto de novelas tienen narradores diferentes, lo cual es una gran alegría porque en serio que no soporto a Sekiguchi (en especial por no tener nada claro qué leches hizo en el pasado). Aunque no la he situado todavía en ningún contexto histórico, debería decir que la novela no es actual, sino que está ambientada en los años cincuenta, justo después de la ocupación estadounidense en Japón y de una serie de guerras que hubo. Pero, aunque el contexto es importante porque eso da otro trasfondo a la obra y te enseña cómo quedó la sociedad tras la guerra y las consecuencias que tuvo y cómo han evolucionado, no hay que obsesionarse con ello para poder disfrutar del caso de la ubume.
Impresión general
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Puntuaciones
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Personajes: 8
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Misterio: 7
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Trama: 8
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Reflexiones: 9
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Estilo: 8
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