Título: Fuego cruzado
Título original: Crossfire
Autora: Miyaki Miyabe
Traductora: Purificación
Editorial: Quaterni
Saga: Chikako I
Páginas: 464
Sinopsis: La joven y bonita Junko Aoki nació con el don de la piroquinesis: la capacidad de provocar incendios por medio de la mente. Junko aprendió a controlar su poder y a utilizarlo para ajustar cuentas con los criminales a los que la justicia no pudo meter entre rejas.
La detective Chikako Ishizu afronta con desconcierto este caso. Su mente racional se va encontrando con evidencias de los poderes piroquinéticos de Junko, poderes en los que se resiste a creer. Abrumada por los numerosos cuerpos carbonizados que encuentra a medida que la investigación avanza, se adentrará cada vez más en un caso que desafía toda las leyes de la lógica.
Opinión: En esta ocasión os voy a presentar un libro que, probablemente, muchos no conozcáis o no hayáis visto nunca. Es cierto que, en un principio, parece alejarse bastante de lo que habitualmente tratamos, con esa atmósfera de tensión, sin embargo, si nos acercamos sin ningún prejuicio veremos que sí está dentro de nuestra esfera. Primero, porque trata de gente con superpoderes y segundo porque muestra un conflicto que hace pensar al lector sobre su propia situación frente a la realidad. En este caso, acerca de la ley y la justicia. No es un tema ajeno a aquellos que se hayan acercado alguna vez a las preocupaciones que muestran los japoneses en sus obras, ya que, por ejemplo, en el manga Death Note podemos ver un problema similar.
La trama es compleja y al mismo tiempo sencilla, si bien hay un pequeño giro inesperado hacia la mitad de la novela. Un giro que además, no me acaba de convencer. Al principio, nos encontramos con dos puntos de vista distintos que parecen entrecruzarse lo menos posible: Chikako Ishizu, una detective de la Brigada de Incendios, que nos muestra en parte lo machista que era la sociedad japonesa (y probablemente sigue siendo) y por el otro Junko Aoki, una piroquinética capaz de hacer arder a la gente y de lanzar ondas de energía con la mente. En ambos casos, la perspectiva femenina estará muy presente en todo momento, incluso podríamos decir que la perspsectiva de Chikako es maternal en muchas ocasiones. Junko Aoki decidió mucho antes utilizar sus poderes únicamente como justiciera en los casos en que la justicia fallara. Como tales, algunos adolescentes asesinos y violadores tuvieron la buena fortuna de salir libres, hasta que Junko les pilló y les incineró.
Si en Tinta habíamos hablado de no explicar detalles de la cultura japonesa, este se nota que esta inscrito dentro de la misma, y directamente nos muestra como lo más normal del mundo y asume que vamos a entender cada uno de los contextos sociales que se implican en el libro. Esto es comprensible, ya que la autora es japonesa y no siente la necesidad de explicar a los occidentales ninguno de los detalles que forman parte de la idiosincrasia de su sociedad. Quizá por esto, en este caso no se nota tan en contra, porque no te da esperanzas de que te lo vaya a explicar, directamente pasa al siguiente punto que es contarte una historia muy fuerte e intensa en muchos momentos. Porque el ansia justiciera de Junko se ve sofrenada por la constante investigación de Chikako, así mientras la primera nos muestra una trama llena de acción y sobresaltos, la segunda nos da la pausa y el conocimiento de la sociedad y de los distintos disparadores que llevan a Junko a actuar así.
Por otro lado, entre los personajes hay varios que llaman mucho la atención, si bien no voy a poder hablar mucho de ellos puesto que casi hasta la mitad toda la historia se centra en esas dos mujeres. Por un lado, tenemos al detective Makihara, un tipo excéntrico que nos sorprenderá constantemente, con un pasado oculto que ha marcado su vida. Por otro, Koichi Kido, un ricachón que nos mostrará una cara que fácilmente llegaremos a odiar. Y entre ambos, la niña Kurata, un ejemplo de la inocencia y de la búsqueda de respuestas que es la infancia. Precisamente será a través de la interacción con los distintos personajes que acabaremos conociendo las zonas más oscuras y menos visibles de cada una de las protagonistas. En general, tengo que decir que Junko me ha parecido un personaje más interesante que Chikako, si bien consideero que los fragmentos de Chikako son necesarios para entender exactamente la sociedad en la que se mueven. No obstante, ambas son personajes creíbles y completos, perfectamente construidos con distintos detalles del pasado de Junko mostrándose lentamente.
Quizá uno de los contras que tiene este libro está en los errores de traducción. Pensaréis, «¿cómo se atreve a hablar de errores de traducción desde el japonés?» «¿Acaso sabes suficiente japonés como para quejarte de cómo traigan un libro?» La respuesta, obviamente, es no. No sé suficiente japonés como para quejarme, es un libro que la editorial ha hecho muy bien en traer, pero el traductor y el corrector podían haberse esmerado más en varios detalles. Para empezar, detalles insignificantes como no fijarse si están hablando del nombre de un personaje o de su apellido, zonas de narración que según el texto deberían seguir en primera persona y se pasan a tercera. Para identificar esos detalles no hace falta saber mucho japonés, sino tener conocimientos de castellano. Sin embargo, si sois capaces de dejar a un lado esos errores, que no interrumpen ni impiden la comprensión lectora, os encontraréis con un estilo llano y directo que busca utilizar descripciones vívidas pero que no hieran la sensibilidad del lector.
En definitiva, se trata de un buen libro que, si superáis algunos detallitos de la traducción, puede haceros ver un mundo más amplio de lo habitual. Además, se trata de un libro con una filosofía muy clara, y muy actual en estos tiempos en España. No se hace farragoso de leer, aunque hay momentos en que se ralentiza la acción cuando va a acometer una nueva cima narrativa.
Impresión general
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Puntuaciones
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Trama: 7
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Personajes: 8
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Traducción: 6
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Estilo: 6
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Filosofía: 7
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yo lo tengo en casa desde hace tiempo, a ver si me lo leo y te comento