Kvothe versus Aslan, una traducción

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Bueno, hoy vamos a tener un momento muy especial para aquellos de vosotros que no queráis/podáis enfrentaros con el inglés de Patrick Rothfuss, y es que, como sabréis, Rothfuss nos ha dejado en su blog un pequeño relato preparado para el enfrentamiento del 2010 del Suvudu entre Kvothe y Aslan (recordad que en aquella época no había salido todavía El temor de un hombre sabio). Desde aquí, voy a dedicarme a traducir todo el post, y no solo el relato en sí, porque me parece muy interesante lo que tiene que decir Rothfuss. Así que, a partir de aquí, podréis leer el post entero traducido al castellano (tanto las reflexiones de Pat como el relato en sí). Espero que guste la traducción y que lo disfrutéis mucho. Reconozco que los juegos de palabras han quedado raros… pero tampoco están mal, creo yo.

Premio de consolación: Kvothe vs. Aslan
«Como aquellos de vosotros que seguíais el combate de la jaula sabréis, Bast no ha conseguido ganar contra Rake. ¿Qué puedo decir? El tipo puede comer una «tonelada» de pastel. Y antes de que lo preguntéis: no, no escribiré la lucha entre Bast y Zaphod. Me sorprendió que alguien pusiera en la entrada del miércoles algo del estilo de: «Después de mencionar algo así, ¿cómo puede Pat no escribir la escena?»

La respuesta es esta: «Con bastante facilidad.»

Veréis, no escribir cosas es muy, muy fácil. Lo creáis o no, hay un número infinito de historias que no escribo cada día. Añadir una más a esa lista no incrementará apreciablemente la no-carga de no-escribir.
Lo que encontré extrañamente mortificante fueron los comentarios del tipo: «Bast no podría ganar nunca contra X. X. tiene un nivel de poder de 9000!!1!» (N del T: Se refiere al poder que dice Vegeta que tiene Goku en su primer encuentro (cuando se le rompe el medidor xD) Y X es cualquier personaje. Y el 1 entre las exclamaciones muestra lo extrafan/niñato que es el que lo dice xD)

Esto me molestó por dos razones:
Primero, tenéis que daros cuenta de que siempre que algo así se haga por medio de una votación pública, en última instancia se tratará de un concurso de popularidad. Aquí tenéis una regla mnemotécnica para ayudaros a recordarlo: «Cuando internet vote quién va a morir, todo será vox populi«.
Pero lo que más irritación me produce, y no soporto, es la extraña opinión de que la fuerza o el poder son el factor clave cuando dos personas entran en conflicto. Es decir, ese sentimiento más que irritante, lo encuentro incluso hiriente. Significa que muchos de vosotros no habéis prestado atención a los libros que sé que debéis de haber leído. Si el poder fuera lo único importante, entonces Frodo perdería contra Sauron. Demonios, si el poder fuera lo único importante entonces ¡¡Gandalf perdería contra Sauron!! Si la magia fuera el factor decisivo de una batalla entonces los cuatro mequetrefes endebles (sí, los hermanos de Inglaterra) acabarían con los culos convertidos en piedra por la Bruja Blanca. Así que sí, Rake puede convertirse en dragón, pero la idea de los cuentos de hadas es que nos enseñen que se puede vencer a los dragones.

Veo demasiado fatalismo en estos días, chicos. La verdad es que el mundo está lleno de dragones, y ninguno de nosotros es tan poderoso o tan interesante como querríamos. Y eso apesta. Pero cuando te enfrentas al hecho, puedes o bien esconderte en un agujero y rendirte, o bien puedes salir ahí fuera, quitarte los zapatos y hacer un Bilbo. (N. del T. Basándose en el momento en que Bilbo se enfrenta al dragón en El Hobbit, se podría sustituir por agarrarse los machos, echarle huevos, enfrentarte a situaciones desesperadas con alegría.)

Por favor, no sé si esto va a tener sentido para nadie. Quería que fuera un blog alegre. Una pequeña introducción a la historia de después. Pero la verdad es que, chicos, hoy no ha sido una buena noche para mí. Ha sido una de esas noches en las que me despierto y no puedo volver a dormirme porque me preocupan cosas. Me preocupan tantas cosas: el medio ambiente, la ley que permite llevar armas ocultas, los niños que no tienen para comer, los padres que tienen que trabajar tanto que no les queda tiempo para ser buenos padres, el hecho de que la gente vote basándose en anuncios de televisión, el hecho de que haya chicos que quieran besar a otros chicos, y chicas que quieran besar a otras chicas y que otra gente tenga un enorme problema al respecto, hasta el punto de matar por ello… Hay tanta mierda en el mundo que es abrumador y asqueroso. No debería. Y son tantas las cosas que están mal y no funcionan como tendrían que hacerlo… Y es grande.

Pero ese es el punto, ¿no? Sí. Es grande. ¿Qué vas a hacer? Puedes quedarte tumbado en la cama mirando a la oscuridad. O puedes levantarte y hacer algo. Incluso si ese algo es tan pequeño como escribir un blog que haga sonreír a gente. O, en este caso particular, escribes un blog que acaba como un lío de quejas que te hace parecer un vagabundo que predica en una esquina. Probablemente debería simplemente borrar esto y empezar de nuevo. Pero que le jodan. Si no puedo escribir lo que quiero en mi propio blog, ¿para qué voy a escribir?

Bueno, volvamos al tema.

Dicho de manera simple: no voy a escribir la lucha entre Bast y Zaphod. Pero cuando escribí la entrada del miércoles, encontré la escena que escribí para el encuentro entre Kvothe y Aslan. Lo que es más, me sorprendió lo bien que había quedado. Lo escribí hace dos años sentado en el lobby de un  hotel, cuando me desperté en medio de la noche y, qué coincidencia, no podía volver a dormir.

Estoy bastante seguro de que está bien que ponga esto. Aunque estoy usando un personaje que es de la propiedad intelectual de Lewis, creo que es un uso legal, ya que no lo estoy haciendo para ganar dinero.

En cualquier caso, chicos, para aquellos de vosotros que queríais verlo, aquí lo tenéis.

—–

No había nieve en el suelo, pero el aire de la mañana era frío cuando la embozada figura se movía por el bosque, apartando ramas de abeto al moverse. En un determinado momento, los árboles se espaciaron y la figura salió del pálido azul de la temprana mañana a una luz más cálida, más rica.

La figura embozada sonrió cariñosamente y pasó una mano sobre la farola de hierro. Entonces suspiró y siguió caminando, adentrándose en el bosque. Después de casi una hora, encontró un claro donde un pequeño arroyo atravesaba la espesa hierba, con un amable sonido mientras corría por las piedras.

Todavía con la capa puesta, la figura miró a su alrededor durante un largo momento. Entonces habló:

─Aslan ─dijo, y aunque no habló en voz alta, su voz resonó de forma extraña, golpeando en el aire como si fuera una campana─. Aslan ─Miró a su alrededor, inspiró y cuadró los hombros─. Asl…

─No puedes hacerme venir ─dijo una voz profunda y dulce desde el borde del claro. Era como un trueno distante recubierto de miel─. Y tampoco puedes hacer que me vaya.

─Por supuesto que no ─dijo el hombre de la capa─. No eres un león domado.

Hubo un grave y palpitante sonido que casi sonó como un ronroneo, y el león salió suavemente de los árboles, con sus enormes patas sin hacer ruido en el hierba. El sol salió de detrás de una nube, calentando el aire, y cuando rozó al enorme animal, brilló como si estuviera hecho de oro fundido.

─Bonita entrada ─dijo Kvothe quitándose la capucha. Su pelo relumbró también al sol, brillando como cobre y fuego. Parecía más joven de lo que sonaba su voz; un chico en el límite de convertirse en hombre.

─Admitiré que no esperaba verte por aquí.

Kvothe se quitó la capa y la dejó cuidadosamente en un árbol cercano y volvió a mirar al león. Sus ropas estaban deshilachadas, solo medio paso por encima de ser verdaderos harapos.

─Pensé que deberíamos hablar.

─Tenemos que combatir ─dijo Aslan─. Me resulta extraño que vengas aquí y me des la ventaja del terreno conocido. Parece que tu mejor esperanza hubiera sido mantenerte en tu lugar, obligarme a ir a ti, para que pudieras atraparme con algún truco o trampa.

Kvothe sonrió.

─Eso me recuerda un chiste. ¿Cómo capturas a un león especial?

El león inclinó la cabeza.

─Liberando un pez hiel ─dijo Kvothe con el rostro serio.

El rabo de Aslan detuvo su incesante movimiento. Giró la cabeza ligeramente para mirar atrás. Kvothe continuó:

─¿Cómo capturas al león mimo?

El león volvió a mirarle, pero no dijo nada. Kvothe le sonrió ligeramente avergonzado.

─Del mimo modo.

Hubo un momento de silencio, entonces el claro se llenó de un sonido grave y retumbante que podría concebirse como el sonido de un león riendo bajo.

─Hacía mucho que nadie me contaba chistes ─dijo Aslan, entonces movió su gran melena dorada─. Pero aún tenemos que combatir.

─Así es ─aceptó Kvothe─. Aunque sería más exacto decir que nos vemos obligados a entrar en conflicto.

─Y sabes que no puedes ganar, especialmente aquí ─continuó Aslan─. La única pregunta es cuánto me puedes dañar antes de acabar.

Kvothe negó con la cabeza con seriedad.

─No, la pregunta en realidad es cuánto costará ganar ─El joven esbozó una pequeña y triste sonrisa─. Créeme, es algo de lo que tengo experiencia personal.

─No… no sé si te entiendo.

─Si luchamos, me matarás ─dijo Kvothe con seguridad─. Ganarás, pero habrá un coste.

─¿Me echaras la maldición de tu muerte?

─Ese es Harry Dresden ─dijo Kvothe obviamente irritado─. Venga ya. Excepto por el punto de vista y el respeto a la termodinámica, no tenemos mucho en común.

─Oh ─Aslan carraspeó─. Cierto. Lo siento.

─No hay nada que te pueda hacer si pierdo y, honestamente, no estoy seguro de querer. Realmente «te llevo conmigo al infierno» no es mi estilo.

─En realidad, por lo que he oído…

─No te creas todo lo que oigas ─le interrumpió Kvothe, con los ojos entrecerrados─. El tema es: si me matas, no habrá nunca un segundo libro.

Aslan se quedó en silencio por un momento.

─¿Así que me estás amenazando con venganza por parte de tus fans?

Kvothe negó con la cabeza de nuevo.

─No me estás pillando. No te estoy amenazando en ningún caso. Solo te estoy diciendo que si me matas ahora, la gente nunca tendrá la oportunidad de leer el resto de mi historia.

Aslan se quedó pensativo.

─Y el resultado sería…

─Desesperación ─dijo Kvothe─. Los corazones y las mentes de miles llenas de una terrible desesperación ─Le echó al león una mirada franca─. Siempre me has parecido el tipo de persona…

─León.

─Lo siento. Siempre me has parecido el tipo de león que intenta que la gente sea feliz a la larga. No del tipo que causaría activamente desesperación.

Aslan levantó una enorme pata del suelo y la volvió a bajar. Carraspeó.

─Tramposo.

Kvothe asintió.

─Tus libros ya están terminados. Eres inmortal de formas más importantes que la obvia. Yo aún no he llegado a eso ─Suspiró─. Por eso pensé que debíamos hablar.

Después de un largo momento, el león levantó la mirada.

─Entonces, ¿cuál es la otra opción? ─Su voz era baja e insegura.

─Abandona ─dijo Kvothe─. Simplemente márchate.

podrías abandonar ─señaló Aslan.

Kvothe negó con la cabeza.

─No está en mi naturaleza rendirme o marcharme. Soy psicológicamente incapaz de rendirme ante algo como esto. Demonios, estoy a un corto paso del salvajismo ─Se pasó las manos por sus ropas harapientas, medio avergonzado. Entonces hizo un gesto hacia el enorme león─. Tú, por otro lado, eres una noble criatura. Tienes un precedente de martirio. Es consistente con tu personaje. Mejor que nadie sabes que a veces la única manera de ganar es ceder.

Otra pausa, entonces Aslan habló.

─Lo has pensado mucho, ¿no?

Kvothe sonrió de nuevo, y por un momento su rostro fue casi el de un niño.

─Son todo historias. Eso es lo que hago.

Aslan levantó al mirada y agitó el rabo. Entonces suspiró de manera imposiblemente larga y profunda.

─Vale. Está bien. Me rindo.

Kvothe suspiró aliviado.

─Gracias a Dios.

─De nada ─dijo el león mientras giraba su enorme cabeza y empezaba a marcharse del claro.

─Uhm… ─dijo Kvothe. Y por primera vez desde que entró en el claro, se le vio inseguro─. Antes de que te vayas… me preguntaba… ¿Puedo?

Aslan suspiró sonoramente más divertido que exasperado.

─Muy bien.

Kvothe se acercó al león, cautelosamente. Entonces levantó lentamente las manos y las hundió profundamente en la espesa melena dorada. Se acercó y le dio al león un abrazo, enterrando su rostro en en su pelaje. Después del tiempo que dura una profunda inspiración, Kvothe apartó su rostro pero dejó las manos donde estaban.

─Siempre he querido hacer eso ─dijo suavemente, su voz un poco ahogada─. Mi madre solía contarme tus historias.

─Te lamería el rostro ─dijo amablemente Aslan─. Pero parece que hace tiempo que no lo lavas.

Kvothe rió y se apartó del león.

─¿Cuándo sale el segundo libro, por cierto? ─preguntó Aslan─. Maldita sea, llevo esperando desde siempre.

─Pronto ─dijo Kvothe.

─¿Qué significa eso? ¿En un par de meses? ¿En algún momento de este año?

─Yo llamo a todos los momentos «pronto». (N. del T: Sé que a nadie más le importará, pero es una frase típica de Aslan xD)

Otra profunda y sonora risa.

─Supongo que me merezco eso ─dijo Aslan, y se volvió para alejarse silenciosamente del claro, de donde pronto desapareció de su vista mortal.»

 

2 pensamientos en “Kvothe versus Aslan, una traducción

  1. Xula

    Bueno, no lo he leído, porque aun tengo pendiente en la estantería El nombre del viento. Lo se, debería ponerme ya mismo! A ver si en los próximos meses cae… Besos!

    Responder

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