La ley de la atracción

Título: La ley de la atracción
Trilogía: Química perfecta II
Autora: Simone Elkeles
Editorial: Versátil
Páginas: 331
ISBN: 978-84-92929-34-4
Sinopsis: Cuando Carlos Fuentes vuelve a los Estados Unidos tras vivir un año en México, no quiere tener nada que ver con la vida que su hermano mayor, Alex, ha construido para él en un instituto en Colorado. Carlos quiere vivir la vida a su modo y labrarse su propio camino —tal y como hizo Alex. Pero entonces conoce a Kiara Westford, una chica callada que está completamente intimidad por el salvaje carácter de Carlos.
Carlos cree que Kiara piensa que ella es demasiado buena para él y se niega a admitir que quizás la joven se esté enamorando de él. Pero muy pronto se dará cuenta de que ser el mismo es justo lo que Kiara necesita.

Opinión: Tenía este libro esperando en la estantería desde hacía bastante tiempo y ya era hora de devolvérselo a su dueña. Recuerdo que Química perfecta me gustó tanto que me lo leí del tirón una noche, sin dormir apenas. Me han entrado ganas de entrar en esa etapa lectora en la que lo que busco son historias juveniles románticas contemporáneas y, con ese antecedente de la «saga», era una buena opción. Y lo pongo entre comillas porque los libros pueden leerse bastante independientes. En este libro vemos la evolución de la relación de Alex y Brittany, la pareja de Química perfecta, y también la resolución de la trama de este, pero teniendo en cuenta que lo que importa es cómo se conocieron y acabaron juntos, no creo que eso importe demasiado. Aún así, yo soy muy tradicional en ese sentido y prefiero ir en orden; solo digo que no es fundamental.

Por supuesto, el hecho de que esos dos aparezcan no significa que sean los protagonistas, ni mucho menos. Aparecen como secundarios pues aquí los que cobran importancia son Carlos, el hermano mediano de los Fuentes, y Kiara, la hija del profesor Richard, un psicólogo que intenta ayudar a todos los chicos que lo necesitan, y conocido también de Alex. La narración vuelve a estar a dos voces con estos dos personajes y por medio de su propia voz les vamos conociendo poco a poco. De Carlos vemos que va siguiendo los pasos antiguos de su hermano y que no acepta la nueva vida que se ha forjado, por eso tiene tatuajes y está metido en una banda en México. Hasta que su madre le manda a vivir con su hermano en América para que se aleje y reforme. Alex en ese momento está en la universidad y por ley no puede vivir con su hermano en los apartamentos de estudiantes, por lo que al final acaba viviendo en casa de los Westford… y con Kiara, claro. Esta, por su parte, es bastante impredecible pues, aunque parezca muy poquita cosa y pase desapercibido, a veces tiene unas salidas bastante atrevidas y sorprendentes, lo cual es una alegría, porque normalmente suelen ser las escenas más interesantes de todas. Eso hace que sus dos personalidades entren en colisión y son los momentos por los que merece la pena todo lo demás. Además de que son los mejores, sin duda.

Pero, al igual que en el caso de su hermano, Carlos no puede dejar tan fácilmente una banda y seguir su vida como si nada. Sin embargo, al igual que en el otro libro, este tema me ha resultado bastante forzado. Es cierto que lo mencionan y tiene mucha relevancia y está más detallado que en Será hermoso morir juntos, por ejemplo, pero vuelven a posponerse todos los problemas hacia el final, dejando eso un mal equilibrio al desarrollo de la trama. En ese sentido no he notado ningún cambio con respecto a Química perfecta, que ese fue uno de los detalles que menos gracia me hicieron; así que parece que no lo ha mejorado. Aún le queda un tercer libro, con el hermano que queda (Luis), para resolverlo, aunque la verdad es que tengo más ganas de ver cómo nos lo va a presentar, pues parece que es el más normal de los Fuentes y el menos «peligroso», aunque en el epílogo de este libro lo definen como «el más loco». Hablando del cual me ha sorprendido bastante. ¿Veintiséis años después? ¿En serio? Si con el de Harry Potter me pareció una tomadura de pelo, con este… Al menos tiene más lógica, pues no hay muchas cosas que resolver y las que faltan las resuelven en esas escasas páginas de epílogo. Pero otra de las cosas que me chocaron, a parte de todo el tiempo transcurrido, fue la narración. Acostumbrada todo el libro a dos voces en primera persona, de repente llega una tercera ajena.

Sensualidad, diversión y entretenimiento son los factores clave que puedes encontrarte en esta novela porque, aunque no hay escenas muy explícitas, nadie puede ignorar la tensión y las chispas que flotan en el aire y que provoca una atracción irresistible entre estos dos. Una novela además muy ligera y adictiva de la que no podrás desprenderte hasta haber terminado y descubierto qué y cómo ha ocurrido todo.

Impresión general	Puntuaciones
	Personajes: 8
	Amor: 8.25
	Estilo: 8
	Trama: 7.5
	Diálogos: 8.25