Título: Las piedras de Chihaya: El hilo del karma
Autor: Sergio Vega
Editorial: Quaterni
Saga: Las piedras de Chihaya I
Páginas: 504
Sinopsis: Japón, 1331. Tras dos intentos de invasión mongola, la nación decide instaurar un estado militar permanente. Hasta ese momento la máxima autoridad política y espiritual era el emperador, pero ahora los poderosos samuráis le han relegado a un segundo plano.
El emperador Go-Daigo planea continuar con los intentos de sus antecesores por deponer al shōgun y restablecer el antiguo orden social. Para ello debe reclutar de entre los nuevos y poderosos terratenientes provinciales a aquellos que estén dispuestos a luchar por él.
Un niño oculto, dotado de unos poderes que aún no comprende, se verá arrastrado por los acontecimientos hacia el mundo convulso de los hombres y los espíritus. Un viaje enigmático que le mostrará las costumbres y los ritos del Japón de la era Kamakura, la consolidación del zen japonés, le llevará por las recónditas montañas donde viven los antiguos maestros espirituales y le revelará al asesino más famoso de la historia: el ninja.
Pero además de una apasionante aventura histórica, existe otro libro dentro de esta novela, una conmovedora guía hacia el despertar, porque todo lo que necesitamos ya está dentro de nosotros…
Opinión: Nos encontramos ante un libro especial, que traslada algunas de las mejores cosas de la literatura española a un ambiente nipón. Una novela en la que la historia y la realidad se dan la mano con la fantasía y las alegorías. De una manera sencilla, podríamos decir que nos encontramos ante una de esas novelas históricas que acuden a elementos sobrenaturales para tratar algunos temas espirituales que en aquella época eran mucho más importantes que ahora, pues servían como cauce y explicación del universo. Normalmente, esto me habría echado un tanto para atrás, sobre todo al ver quiénes eran los protagonistas y mi desconocimiento casi absoluto sobre la época en la que está ubicado. Pero la novela tiró de mí y me enamoró con un vocabulario sencillo y al mismo tiempo evocador.
Los personajes en esta novela están basados en personajes reales, que, si bien no los conozco, no me han resultado particularmente extraños dentro de la cultura japonesa. Quizá lo que más me asombra es la forma en que muestra una sociedad que está comenzando a orientarse en dirección a los samurai, puesto que en vez de ambientarla en el período Edo, el más conocido por los occidentales, lo sitúa a finales del período Kamakura, en lo que probablemente sean los primeros años del Sengoku, con la rebelión del emperador Go-Daigo. Este es uno de los detalles que más os sorprenderán, muchos de los eventos que relatan tuvieron realmente lugar, y como novelización de la historia resulta extremadamente fidedigna, por lo menos hasta donde llegan mis conocimientos (aunque el mismo autor me comentó que uno de sus personajes es muy distinto a como fue en realidad). Uno de los puntos más interesantes de esta novela está en lo coral que es, es decir, sí tiene algunos personajes que podríamos considerar principales. Sin embargo, los personajes que les rodean también dicen mucho acerca de la sociedad en la que viven y el alcance de los evenos que se desarrollan a su alrededor.
La trama podríamos dividirla en tres claros aspectos: el aprendizaje del niño, el descubrimiento de joven y la aceptación de la madurez. No son los únicos aspectos, pero sí los que se observan con más claridad. Lo primero es la historia de un niño que va a ir descubriendo lentamente el mundo que le rodea, pues le han tenido alejado de todo permanentemente. Descubrirá el mundo y su potencial. Lo segundo es la historia del hijo de un comerciante que busca convertirse en samurai en una época en que la separación entre clases no era tan estricta como la Edo. Su persistencia y las decisiones de su padre, así como las conversaciones con su madre le descubrirán que la realidad es mucho más dura de lo que él pensaba. Finalmente el último será la historia de un samurai caído en desgracia precisamente por ser el ideal del bushido en una época donde el honor se ponía a prueba a cada paso. Su aceptación del camino del zen le llevará a hollar caminos extraños y desconocidos para él.
Acerca del estilo, si tuviese que inscribirlo en alguna corriente literaria sería en la del realismo místico o mágico, pues lo que nos muestra es la historia de Japón añadiendo unos detalles mágicos. Estos detalles forman parte de la vida de los personajes y no son, en ningún caso, grandes fuegos de artificio ni hechizos como tal, sino simplemente una parte de la espiritualidad de los personajes y de la nación. Las descripciones se centran según el personaje protagonsita en los detalles más nimios y menos importantes a priori, pero siempre hay un motivo para ellas. No niego que hay alguna que se me hizo un poco cargante, pero en general se trata de una novela muy apegada a la trama y a la acción, que te deja disfrutar ligeramente de los paisajes por los que transitan los personajes.
En definitiva, todo amante de Japón debería darle, al menos, una oportunidad a esta novela. Resulta extraño pensar que se trata de una novela de un autor español, sobre todo por la maravillosa forma en que trata la cultura japonesa. Lentamente te introduce en todos esos detalles que tanto nos gustan y que tan extraños nos parecen: el concepto de honor, la sociedad de castas o las distintas espiritualidades se unen y forman un cuadro vívido y especial. Cuando lo terminas, estás deseando que llegue a tus manos el siguiente porque deja en suspenso todas las subtramas.
Impresión general
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Puntuaciones
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Personajes: 9
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Ambientación: 8
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Trama: 7
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Estilo: 7
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Misticismo: 8
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Pues me ha llamado mucho la atención… 😀 A la lista de deseos que va.