Los dragones del castillo Ruinoso

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Esta Hacedora os da la bienvenida a unos ratos emotivos, llenos de cariño y risas
 

Título: Los dragones del castillo Ruinoso
Título original: Dragons at Crumbling Castle and Other Stories
Autor: Terry Pratchett
Traductor: Manuel Viciano Delibano
Editorial: Montena
Páginas: 320
Sinopsis: Los dragones han invadido el castillo Ruinoso y todos los caballeros de Arturo están de vacaciones o visitando a sus abuelas… ¡Es un desastre! Por suerte queda una armadura extra y hay un chico llamado Ralph que está dispuesto a ponérsela. Hará todo lo que pueda para bajar los humos a los dragones, peeeero… se va a encontrar con una pequeña sorpresilla.

Opinión: Quizá os sorprenda que sea yo quien haga esta reseña, ya que Khardan es el experto en Pratchett, pero a veces ocurren excepciones. Si con El asombroso Mauricio y sus ratones sabios pasó (¡había un gato, era inevitable!), ¿por qué no iba a repetirse? (¡aquí hay dragones encantadores!). Y es que, aunque en un principio pensé en cedérsela, no pude hacerlo tras leer la introducción que nos presenta el autor de esta antología. Sí, hay una introducción del propio Pratchett y hasta viene firmada. Sí, he dicho antología porque, aunque no lo parezca por la sinopsis, en realidad este libro es un compendio de relatos (de 14, para ser más exactos).

Pocas veces las introducciones me transmiten cosas. Lo normal es que sea más parecido a un texto académico con una gran cantidad de información (que si contexto histórico, que si análisis, etc…), que a un texto personal donde podemos atisbar el alma del autor. Recuerdo que Brent Weeks lo consiguió en uno de sus libros (quizá en los agradecimientos de El camino de las sombras), y algún que otro también pudo emocionarme, pero, como ya digo, no suele ser lo normal. En este caso, Pratchett ha vuelto a ser una de las excepciones. No soy tan seguidora suya como pueden serlo otros; no he leído mucho de Mundodisco, ni otras obras, pero me gustaba. Respeto y valoro mucho su trabajo. Cuando murió, sentí pena por lo que habíamos perdido, pero no tanto como otros fans a los que sus libros les habían «salvado». No obstante, al leer los orígenes de este libro, del propio Pratchett allá por los años 60, y ver que, aun con el paso de los años, su espíritu perduraría en el tiempo, no pude evitar emocionarme y lamentar no poder tener más y más obras nuevas que nos permitieran tener cada vez más pedazos de su ser. Y no cuenta mucho, ojo, pero la forma en que lo hace, la cercanía que transmite y el cariño que envuelven cada una de esas palabras ha conseguido que me llegue a la patata. Y eso que siempre mantiene un tono humorístico muy especial. Estos cuentos los escribió cuando aún era muy joven, antes incluso de escribir su primera novela, y fueron publicados semanalmente en un periódico. La edición que tenemos en las manos no los contiene tal cual aparecieron porque el propio Pratchett no pudo evitar meter mano y arreglar algunas cosas, pero la esencia es la misma. De hecho, es algo que podremos ver en cada uno de los cuentos: es innegable que salieran de su mente.

Lo que voy a hacer es hablar de los catorce cuentos por separado porque, a fin de cuentas, es una antología, y nada tienen que ver unos con otros. Bueno, miento, hay un par de detalles que todos comparten (más allá de que pertenezcan al autor, no me seáis) y es que la edición del libro está ilustrada por Mark Beech y la tipografía va cambiando según el momento y las palabras que aparezcan (así como su tamaño y posición). Si os soy sincera, el estilo de los dibujos no me han terminado de convencer (no sé si porque están en blanco y negro o porque Paul Kidby me tiene muy malcriada con sus espectaculares ilustraciones del Mundodisco a color). No obstante, sí que es cierto que son las típicas ilustraciones de un cuento infantil. Porque eso es lo que son en realidad, no nos engañemos, en especial con esa ayuda visual que recibimos con la tipografía. Y no tiene nada de malo. Quien piense que los cuentos infantiles son solo para niños, tiene un problema. De verdad. Todos hemos sido niños, y seguimos siéndolo y podemos disfrutarlo de igual manera. Sobre todo si son divertidos y podemos captar más referencias e ironías al ser mayores (en especial por esas notas a pie de página tan características del autor). Por poneros un ejemplo, la mayoría de obras reseñadas que tenemos de Pratchett están catalogadas dentro de Fantasía con el subgénero de Humor. De hecho, prácticamente es el único que ocupa ese espacio con la excepción de Mago por casualidad, de Laura Gallego, Y es que, conforme leía los cuentos, no podía evitar acordarme también de esa obra. Todos usan elementos arquetípicos que configuran la formación de un cuento en el que, además, te diviertes. Y eso no tiene nada de malo.

Los dragones del castillo Ruinoso (podéis leer la introducción y el comienzo del primer cuento en Megustaleer)
La sinopsis de esta antología es la que corresponde en realidad con este primer relato que da nombre al libro. En él podemos ver una ruptura total con la verosimilitud que lo convierte en absurdo, ya que, aquí, la ambientación está situada en Camelot, con el rey Arturo, con dragones y caballeros… y una de las primeras cosas que vemos es un pregonero ambulante que emula las noticias de un periódico (ver página nueve que viene subiendo las escaleras xD), y un compañero vestido con botas de fútbol al que llaman «Sección de Deportes». Un humor muy pratchiano, como podéis ver. Y es que las noticias advierten de una invasión de dragones en el castillo Ruinoso. Así que el rey manda llamar a sus caballeros… pero todos se han puesto enfermos o están de vacaciones y solo queda Ralph, quien se ofrece a ir a solucionar el problema. Por el camino se encontrará con compañeros que lo ayuden en su aventura y descubrirán unas cuantas sorpresas y detalles sobre los dragones que no conocían (no hay más que ver la portada del libro para imaginárnoslo). Un cuento muy encantador para comenzar.

La Gran Mota (podéis leerla íntegra en Fantífica)
Recordemos que estos relatos fueron escritos antes que cualquier otra cosa que conozcamos. ¿Podríamos decir entonces que La Gran Mota fue la precursora del nacimiento del Mundodisco y de La Gran A’tuin? Porque a mí me lo ha recordado mucho. En esta ocasión, estamos ante una perspectiva surrealista, donde la historia sucede en una mota de polvo de esas que podemos ver flotando a través de la luz que pasa por la ventana. En esa mota existe una rivalidad entre dos pueblos: Arramble y Posra, que cuentan con dos astrónomos que parece que piensan igual. Cumpliendo con su trabajo, observan al resto de motas vecinas que vagan en el «espacio» como ellos cuando, de repente, atisban una que parece habitable con árboles, montañas y animales. Así que por supuesto se lanzan a una expedición en la que pocas posibilidades tienen de regresar… ¿Soy la única que ante esa base no puede evitar recordar El color de la magia y cómo empieza con los astrofísicos al querer averiguar el sexo de la gran tortuga?

A la caza del ronquero
Diría que es el cuento más corto de todos los que podemos encontrarnos. En este caso, tal y como indica el título, la trama trata del coronel Chaleco, un cazador menor (no inferior, si no menor de que caza cosas pequeñas) que se lanza en una expedición en busca del mitológico ronquero: ese ente que nadie ha visto, pero que todo el mundo ha oído hablar. Y es que unos dicen que es azul, otros que estornuda mucho, otros que hace un fuerte sonido sibilante… Así pues, se lanzan al pleno Amazonas para averiguar más cosas sobre él y capturarlo. Por el camino (corto, porque, como ya digo, el relato se lee en menos de un suspiro), sufrirán extrañas desapariciones hasta que, al fin, encuentren lo que buscan.

Relatos del Pueblo de la Alfombra
Partimos más o menos de la misma base que tenía La Gran Mota: una microcivilización vive en la Alfombra y hay dos pueblos enfrentados que buscan dominar al otro teniendo más territorio. ¿Cómo pueden solucionarlo? Pues ante el descubrimiento de la existencia de los protagonistas, los habitantes de la Cerilla Caída, un pueblo que necesita emigrar de ahí porque se están quedando sin hogar por la propia vida de la Alfombra. Pero, en su viaje, recorriendo centímetros y centímetros, se encontrarán con sorpresas desagradables y con viajeros inesperados y cuasilegendarios. Este relato es bastante más largo que el resto, e incluso, más adelante, nos encontraremos con otro que podría considerarse una secuela de este.

Hércules la tortuga
Llegados a este relato ya podemos empezar a ver un patrón común en los cinco primeros: todos los protagonistas son exploradores. Aquí tenemos a Hércules, una tortuga que ha vivido siempre en el jardín y que, un día, decide averiguar qué hay más allá. Lo que más me ha llamado la atención del reptil es su característica a la hora de hablar o pensar, y es que lo hace siempre con la primera letra en mayúsculas porque según él «Lo Hacemos Todas Las Tortugas. Es Tradicional, Ya Sabes». ¿Sería la idea precursora para que la Muerte y los Auditores acabaran hablando siempre en TOTAL MAYÚSCULAS?

Dok el cavernícola
O el relato de cómo fue la Prehistoria y cómo se inauguró la Historia. He aquí a Dok, el cavernícola, un hombre muy adelantado a su tiempo que no paraba de inventar cosas… que nadie entendía y que no hacían más que entorpecer y molestar a sus compañeros. Hasta que, un día, cuando él no está, se dan cuenta de lo mucho que lo necesitan y lo útil en realidad que era todo lo que proponía. Todo esto, por supuesto, con ese toque cómico que hace un repaso por la verdadera Prehistoria y te lo resume en «pof, y así se inventó tal cosa».

La Gran Carrera
El enfrentamiento entre la gasolina y el vapor (y otros, en realidad) en una carrera que demostrará cuál de los dos combustibles es mejor para un coche. Una carrera para nada justa que estará llena de trampas y trucos para alzarse con la victoria victoriosa. Sí, no me he vuelto loca al repetirlo. Así es como habla nuestro protagonista en esta historia, Sir Henry, así que acostumbraos.

Otro relato del Pueblo de la Alfombra
Volvemos a encontrarnos con nuestros amigos los errantes, los aventureros Bane y Snibril, a quienes les espera un viajecito por el Piso. Demostrando su espíritu inquieto, conocen a Cristóbal Colón Pilajo que afirma que la Tierra el Piso es plano y que más allá está el Felpudo. Y hay que ir a descubrirlo, por supuesto. A diferencia del anterior relato alfombril, en esta ocasión no hay criaturas extrañas, solo una cultura un tanto caníbal y una pirámide de oro… Eso sí, lo que tienen en común es su extensión, siendo los relatos de la Alfombra, creo yo, los relatos más largos de todos.


El Gran Campeonato de Baile entre Huevos
Una vez más partimos de la premisa de dos pueblos enfrentados, pero, en esta ocasión, sin ningún elemento surrealista. Por un lado están los de Blackbury y, por otro, los de Umbridge, dos pueblos de Inglaterra que mantienen viva una de las tradiciones más antiguas e importantes (más que el fútbol) del lugar: el baile entre huevos. Y es que está a punto de disputarse la final con uno de cada sitio. El problema es que Jem está enamorado de la hermana de su rival, Fred, y haría cualquier cosa para conseguir que su padre (el alcalde) le diera consentimiento para casarse con ella…

Edwo, el caballero pelmazo
Tomando como base los cuentos más clásicos de príncipes y princesas, nos encontramos a Edwo, el tercer heredero del rey. Según la tradición cuentil, el hijo pequeño es el que tiene más bondad. Sin embargo, en este caso te lo pintan como el peor. Pero en realidad no es porque sea malo, sino porque es tan aburrido que es capaz de dormir a un dragón y seguir su camino como si nada. La cuestión es que ya va siendo hora de que los príncipes se embarquen en una queste (una prueba de valor) y consigan a una princesa rica y un reino. Y eso es justo lo que encuentra una vez que conoce al mago Yotranqui y a su ayudante-oso Taluego (sí, en serio, se llaman así), que lo ayudarán a completarla gracias a dos deseos y medios que le concede el mago (no podían ser tres por culpa de los impuestos). También acompaña a nuestro protagonista un burro parlante (como el de Shrek) que en otro tiempo fue un sapo, que antes había sido una rana, que antes… Bueno, que le tenían ojeriza las brujas, vaya.


El autobús 59A retrocede en el tiempo
Tal y como indica el título, en esta ocasión se nos presenta un cuento de ciencia ficción, con viajes en el tiempo. En pleno Blackbury, en el Páramo Llano, suceden cosas misteriosas y extraordinarias debido a una extraña neblina que acecha el lugar. Por supuesto, nuestros protagonistas no saben nada y están haciendo su ruta en el autobús 59A como de costumbre… Hasta que se encuentran en pleno siglo I a. C. Después de conseguir salir de esa situación con los romanos, viajan a los tiempos del rey Arturo, y después caminan entre dinosaurios… En fin, os podéis hacer una idea. ¿Podrán volver a casa? ¿Qué sorpresas y aventuras les depararán sus viajes?

El abominable hombre de las nieves
A veces ocurre que un explorador busca a alguien que le financie un viaje en busca de una criatura legendaria. Y a veces da la casualidad de que hay un multimillonario aburrido de la vida y algo despistado que se anima a unirse a la aventura. Como el dinero es el que manda, se lleva a su mayordomo, al taxista, a su mujer (y, por supuesto, al explorador y a su intérprete) a Chilistán, el lugar donde habitan los abominables hombres de las nieves. También donde habitan unos monjes que creen que los chistes son el origen de la creación del mundo y que una vez cuenten el 7.777.777.777.777 se acabará. Allí darán con lo buscan, aunque también descubrirán alguna que otra cosa más sobre ellos.


El monstruo de Blackbury
De nuevo nos encontramos con una historia basada en Blackbury, pero poco tiene que ver con las anteriores excepto el nombre. Es más, el pueblo es tan poco conocido que el alcalde no sabe ya qué más hacer para tener turismo… Hasta que se le ocurre la idea de inventarse un monstruo para atraer a la gente. Sin embargo, quizá su plan funciona demasiado bien. Quizá toda la paz y tranquilidad de la que gozaban se haya visto invadida por atascos y relojes funcionando. Y quizá, solo quizá, lo que pensaba que era una invención no lo es. Este relato me ha resultado algo previsible, pero no me ha disgustado (una cosa no quita la otra).

Papá Noel encuentra trabajo en el zoo
Y es que no se puede tener un trabajo solo un día al año. La señora Noel está harta de tener a su marido en casa y le manda a que se busque otro trabajo para poder llegar a fin de mes. Así que Papá Noel se dispone a ello y en la oficina le mandan a (cómo no) Blackbury, donde primero le encuentran plaza en el zoo, debido a su afición por los animales. Pero no parece cuajar del todo, así que le buscan otro empleo, esta vez como vendedor de helados… Tampoco parece ir bien y así pasará con el resto de trabajos que le propongan. Al final, hundido y derrotado, sintiéndose un inútil, regresa a casa sin un duro… Pero… Y hasta ahí llego.

Esos han sido los catorce cuentos resumidos que tiene esta antología. Si tuviera que quedarme solo con uno como el que más me ha gustado, quizá sería el de Los dragones y el castillo Ruinoso (por algo le da nombre) o incluso los más cortos como A la caza del ronquero, El monstruo de Blackbury o Dok el Cavernícola. Los de la Alfombra no han terminado de convencerme, no sé, quizá porque me han resultado excesivamente largos (y encima dos)… En cualquier caso, puntuar esto va a ser muy complicado porque, como habéis podido ver, poco tienen que ver entre sí, y puntuar solo la edición tampoco me parece adecuado. Así pues, como excepción, esta no tendrá nota desglosada. La global podréis verla en el índice.

4 pensamientos en “Los dragones del castillo Ruinoso

  1. Khardan

    Si es que… *_* Yo diría que los relatos de la Alfombra tendrán su continuación en la trilogía de los Gnomos *_* La de retroceder en el tiempo me recuerda a una de las de Johnny *_* y la de Dok a los relatos que se mezclan con la ciencia de La Ciencia de Mundodisco *_*
    Tengo que leerme este libro cuanto antes *_*

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    1. Alexia Aikawa Autor

      Agh, ¿ves? Al final tenías que haber hecho tú la reseña porque eres capaz de ver más cosas que posiblemente fueran futuras referencias… TT__TT

      Los de Johnny sí me los he leído (creo, al menos el primero xD) y no recuerdo nada parecido… Solo lo de los marcianitos en la recreativa…

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    2. Khardan

      Nah, tu reseña es genial. Consigues resumir por qué la gente debería estar leyendo este libro cuanto antes.
      Lo de Johnny, el tercero es de viaje en el tiempo, si estoy recordándolo bien.

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