Título: Los hombres de Venus
Autor: George H. White
Editorial: Valenciana
Páginas: 172
Sinopsis: En Los hombres de Venus, Miguel Ángel Aznar de Soto, de profesión piloto militar, es reclutado por la ONU por la baja de uno de sus hombres, el comandante de una nave de investigación dedicada a rastrear apariciones de ovnis a lo largo y ancho de la geografía terrestre. Aunque al principio la relación entre Miguel Ángel Aznar y el resto de sus compañeros no es de lo más fluida (especialmente con la hermosa ayudante del científico y mujer de carácter, Bárbara Watt), debido en parte al carácter chulesco y estricto de aquel, lo cierto es que las aventuras a que se ven abocados terminarán por unirles.
Opinión: Supongo que sorprenderá encontrarse una reseña de un libro de los años 50 a estas alturas, pero merece la pena, ya que se trata de uno de los exponentes de lo más semejante a la literatura pulp que tenemos en España. Como tal, probablemente sorprenda por la poca cantidad de páginas que tiene y por la acción tan concentrada, así como por el lenguaje empleado, mucho más alambicado y complejo de lo que estamos acostumbrados en los últimos años. Sin embargo, se trata de una aventura muy sencilla y directa, sin grandes complejidades.
Los personajes son extraños, porque cambian mucho desde el principio hasta el final, y de hecho, algunos de los cambios son excesivamente bruscos, que resultan inverosímiles en algunos momentos. El protagonista, Miguel Ángel Aznar, es un español norteamericano. ¿Cómo se come esto? Muy sencillo, su familia salió antes del inicio de la Guerra Civil para vivir en Estados Unidos. Después de la Segunda Guerra Mundial, en la que luchó del lado estadounidense contra los japoneses, destacando como piloto de cazas, le trasladaron al servicio aerotransportado, y finalmente le asignaron, justo al inicio de la novela, al Astral Information Office, la parte de la ONU encargada de la investigación de los OVNIS. Así, nada más empezar conocemos a los variopintos personajes que forman parte de esta oficina. Es bastante divertido ver la inocencia del inicio acerca de la labor de la ONU en el mundo. Durante la novela, irá adaptándose a la extrañeza de todos los miembros de la oficina. Es el prototipo de héroe perfecto tanto en el físico como en lo mental. Por otro lado, tenemos a Bárbara Watt, personaje secundario epítoe de la dama en apuros que empieza dando complicaciones al héroe pero que sin embargo pronto se encuentra en un segundo plano alejado de cualquier tipo de acción. Muchas veces incluso me olvidaba de que ella acompañaba al resto. Su papel de secretaria sencillamente muestra la situación de la época, con un machismo bastante exacerbado. Uno de los problemas más importantes de estos personajes es que están completamente estructurados para llamar la atención de los lectores de una forma rápida y poco satisfactoria literariamente.
La trama es escasa, en parte por el número de páginas y en parte porque, debido al estilo particular de este tipo de obras. Empieza con la llegada del protagonista a la oficina, a la que llega un misterio que rápidamente le lleva de una punta del mundo a otra, en una investigación rapidísima en la que no hay apenas ningún tipo de problema, porque se encuentra de cara directamente con las soluciones. Por otro lado, resalta dentro de la trama lo sorprendente que resulta en varios de los capítulos, que en vez de tener la sorpresa al final, al estilo cliffhanger, sino que las suele introducir a mitad del capítulo. Este me parece un ligero error de cálculo por parte del autor. Por otro lado, muchas de las sorpresas son completamente inverosímiles, ya que no prepara en ningún momento al lector para encontrarse con esos detalles.
Sobre el estilo, creo que es necesario hablar largo y tendido del mismo. Si os atrevéis a acercaros a este libro, os vais a encontrar con un lenguaje muy alejado de lo habitual, hasta el punto de que a veces pueda llegar a parecer una mala traducción del inglés. A pesar de que emplea gags recurrentes, como el cambio de nombre del protagonista por parte del «sabio despistado», el lenguaje acaba siendo excesivamente alambicado y complejo, con descripciones especialmente elaboradas que pueden llegar a sorprender por el nivel de léxico empleado. El ritmo con el que se suceden las acciones es excesivamente rápido aunque las descripciones lo ralentizan, a veces, incluso bloquean el ritmo, como si le pusiera piedras en los engranajes que mueven la historia. Con esto no quiero decir que sea un ritmo malo, sino que puede resultar extraño si tenemos en cuenta lo mucho que se cuida el ritmo de descripciones. Muchas veces, mientras leía, no podía evitar reírme por el esfuerzo del autor de alejarse del lenguaje habitual y coloquial.
En definitiva, puedo entender que sea un libro interesante dentro de la literatura de ciencia ficción pulp. Es el inicio de una saga que presenta todos los tópicos comunes de este estilo de literatura. Como introducción resulta muy cómodo, a pesar de su lenguaje, debido a que la acción es rápida y busca sorprender de forma directa. Las sorpresas que da resultan extrañas para los lectores actuales, debido precisamente a la forma tan inverosímil en que suceden. Os animo a acercaros a un ejemplo de literatura española situada en las antípodas de la literatura de canon que habitualmente os enseñan.
Impresión general
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Puntuaciones
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Trama: 6
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Personajes: 6
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Estilo: 5
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Ritmo: 7
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Lenguaje: 6
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