Título: Omnia. Todo lo que puedas soñar
Autora: Laura Gallego
Ilustrador: Xavier Bonet
Editorial: Montena
ISBN: 9788490435809
Sinopsis: Todo el mundo sabe que en Omnia, la gran tienda virtual, puedes comprar cualquier cosa. En su catálogo encontrarás todo lo que puedas imaginar, e incluso objetos que ni siquiera sospechabas que existían. Por eso, cuando Nico tira a la basura por accidente el peluche favorito de su hermana pequeña, no duda en buscar en su web uno igual para reemplazarlo. Pero un error informático inesperado lo conducirá hasta el mismo corazón de Omnia, un inmenso y extraordinario almacén en el que la búsqueda del peluche será solo el comienzo de una emocionante aventura.
Opinión: ¿Recordáis que en la reseña de Todas las hadas del reino (también de Laura Gallego y de Montena) dije que, para que fuera la edición definitiva, tenía que ser en tapa dura y con ilustraciones? Pues parece que me escucharon y arreglaron ese detalle con el siguiente libro que han publicado de la autora: Omnia. Todo lo que puedas soñar, que es del que os voy a hablar hoy (¡pero yo sigo queriendo y esperando una edición especial de Camelia!). No obstante, las ilustraciones que me imaginaba para el anterior no tienen nada que ver con las que podemos encontrarnos en este libro, pues lo que tengo en mente es algo hecho a plumilla, directamente en blanco y negro (algo parecido a lo que podemos ver en clásicos ilustrados, como Orgullo y Prejuicio). En este caso, los dibujos también son en blanco y negro, sí, pero tengo la sensación de que sus originales son en color y por ahorro de tinta lo han impreso así. Y, obviamente, eso hace que pierda intensidad. Además, es que si veis la página del ilustrador y ejemplos de sus obras a color… Anda que no llama más (enlace en la ficha).
Pero ahondemos en esta nueva obra de Laura Gallego, una de nuestras autoras favoritas. Para empezar, debo avisar de que este libro bebe mucho de sus primeras obras, pero con la evolución de escritura que ha tenido con los años. ¿Qué quiere decir eso? Pues que el libro es indiscutiblemente un middle-grade de manual. De hecho, podría recordarnos perfectamente a El coleccionista de relojes extraordinarios en ese sentido, aunque ya hablaré más adelante de cosas que nos puede recordar al leerlo. Quizá porque sus obras más conocidas (Donde los árboles cantan, Memorias de Idhún…) son más tirando a un público young adult, la gente puede haberse olvidado de que, en realidad, Laura empezó para un público más joven. Y es que, aunque a veces podamos diferenciar claramente dónde está la línea que separa middle-grade de young adult, con esta autora no resulta nunca tan sencillo. Ella siempre ha dicho que escribe «juvenil» y eso engloba muchas edades, sin caer en etiquetas (ver más en «¿Qué es la literatura juvenil?»). Y resulta muy interesante cómo consigue difuminar esa línea que en unos libros resulta casi evidente, pero en los suyos, no. No obstante, en este caso, podemos afirmar que es un middle-grade, sí o sí (es decir, una novela juvenil, enfocada a un público entre 10 y 14 años). Por la trama, llena de aventuras, pero sin grandes complicaciones (a veces incluso predecibles); por la ambientación, ideal para leerlo en Navidades (de hecho, me sorprende que no se publicara en campaña navideña, con lo que le pega); por los personajes… En fin, por una serie de cosas que iré desarrollando poco a poco a continuación.
Para empezar, me gustaría señalar otra cualidad que tiene la autora que no deja de sorprenderme. Y es que, si me asombra la facilidad con la que escribe «juvenil», sin limitaciones de targets, también lo hace el que sea capaz de escribir en el mundo actual sin especificar un sitio en concreto. Como ya decía antes, en El coleccionista de relojes extraordinarios lo hizo. Se sabía que era una ciudad española porque los protagonistas, que eran americanos, estaban de vacaciones aquí, pero no especifica por ningún lado del texto en cuál (aunque sepamos que en realidad es Toledo). En Sara y las Goleadoras también lo consigue, convirtiendo el escenario en uno abierto a todas las posibilidades, sin que se eche nada en falta y permitiendo imaginártelo a tu manera. Al principio del libro de Omnia hay un momento en el que parece que demanda «insertar un lugar para que la historia cuadre», y la autora lo soluciona con un simple «Tu Ciudad», sin decir cuál. ¡Y no queda mal! No sé, es la clase de cosas que cuando lo intentas hacer tú con tus propias historias no funciona tan bien y luego te sorprende ver la facilidad con la que lo hacen otros.
Y ahora sí que sí. Entramos en la historia. Sin leer la sinopsis y solo por el título se podría pensar que la historia girará en torno a los sueños y a situaciones imaginarias que podremos conocer en un lugar llamado Omnia, ¿no? O algo similar. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: los sueños no tienen nada que ver, ni la fantasía; todo ocurre en la realidad. ¿Eso significa que es una historia realista? ¡Pero si la autora dice que es fantasía ambientada en el mundo real! Pues ni lo uno ni lo otro. Para mí está claro que se trata de una novela de ciencia ficción. Obviamente muy light, pero es que con la aparición de inteligencias artificiales, de robots, de avances tecnológicos e inventos de lo más futuristas no me cabe ninguna duda. No hay magia por ninguna parte, es todo ciencia. Es como Big Hero 6, ¿diríais que es fantástico porque hay superhéroes o precisamente porque los hay es ciencia ficción? Vale que Omnia sea un lugar inventado, pero no se sostiene por las bases de la magia, sino por una explicación pseudocientífica. Omnia es como Amazon, y su gigantesco almacén reside en una gran isla con una cualidad cuántica un tanto especial. En ese sentido me ha recordado a El libro de los portales, también de la misma autora, donde habla de las posibilidades de viajar por el tiempo y el espacio. Aquí todo funciona con tecnología (y no con piedras mágicas), así que la invención de tubos y túneles entra dentro de lo científico.
Precisamente es gracias a estos avances por lo que, aparte de poder existir esta tienda online, Nico, nuestro protagonista, tiene la posibilidad de solucionar un error con su hermana y recuperar su peluche (o, al menos, uno parecido). Aunque al principio parece que no siente ninguna culpa porque no ha sido un error suyo, al final, entre todos, le hacen responsable de la pérdida y acaba sintiéndose desplazado: su hermana no le dirige la palabra y su madre (que también había sido peluche suyo de niña) más o menos le guarda cierto rencor. Ante este panorama, Nico no puede soportar el ambiente y se le ocurre buscar en Omnia un sustituto que le permita recuperar el amor de su familia… Pero necesita el número de referencia de un artículo que ya no aparece en la página web. Una visita al Centro de Atención al Cliente de su ciudad le hará sentirse aún más desesperado. Tanto, que se le ocurrirá cometer una locura: viajar a través de los tubos hasta el mismo corazón de Omnia: el almacén. Pero los tubos solo se usan para introducir devoluciones, algo que los trabajadores de Omnia siguen a rajatabla… Allí se encontrará con el sistema tal cual de unos funcionarios, aunque no sé yo si refleja tan bien la verdad que queda camuflado de sátira o al revés.
En Omnia descubrirá un mundo completamente nuevo, pues lo que allí ocurre es uno de los secretos mejores guardados. Se verá envuelto en una sociedad extraña y desconocida para él, pues tiene su pequeña distopía interna (no voy a desvelar mucho para evitar spoilers), en la que se mezclan todo tipo de trabajadores y reglas, de las cuales son muy maniáticos, como ya he mencionado, pues gracias a ellas «todos los problemas tienen solución». No obstante, a pesar de todo lo que le rodea, Nico no cambiará nunca su misión: de principio a fin tiene bien claro que está allí para encontrar el peluche de su hermana. Desde ese punto de vista, podríamos decir que no existe una evolución per se en el personaje, sino simplemente un cúmulo de acontecimientos que harán que la trama avance (ni siquiera los personajes que conozca le harán cambiar de opinión). Es más, yo esperaba un final distinto que mostrara un cambio, pero no, resulta todo muy lineal. Una trama muy sencilla, acorde a las edades que va dirigida, pero que hará que nos metamos de lleno en ella sin posibilidad de soltar el libro.
No lo he dicho todavía, pero el libro me lo acabé de una sentada, y ya sabéis lo raro que es eso en mí. De hecho, mientras iba leyendo, me iban apareciendo imágenes en la cabeza de posibles referencias que la autora podría haber tomado para escribir esta novela. Charlie y la fábrica de chocolate, El viaje de Chihiro, La historia interminable, Harry Potter, incluso… Son solo unas cuantas que, sumadas a las que he ido diciendo, me han recordado en ocasiones. Quizá os sorprenda la selección que ha salido, pues nada de eso tiene que ver con ciencia ficción… pero es que me estoy callando un libro de Isaac Asimov (o más bien una película basada en él porque lejanamente se parecen) que claramente me recuerda sin dudarlo (que no voy a decir por si alguien avispado pilla sin querer un spoiler, pero ahí lo dejo). Y, cuando acabé de leer, a pesar de que pienso que el final podría haber sido mejor (pero que no está mal tal y como está, incluso me emocionó un poquito), me sentí extraña, como si lo que acababa de entrar en mi cerebro fuese esencial. Una lectura obligada, por así decirlo, para todo aquel que tenga algo de niño dentro. (De hecho, es tal mi intuición, ¡que en agosto será traducido al inglés para que llegue a casi todo el mundo!).
Impresión general
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Puntuaciones
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Personajes: 7.5
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Estilo: 9
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Trama: 8
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Ambientación: 8
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Ilustraciones: 8.5
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Hola! Como todos los libros de Laura Gallego tiene muy buena pinta! Gracias por la reseña!
Un saludo!
Pues ya me lo he leído y tengo que decir que sí, tiene todas esas referencais. A mí, personalmente, me ha recordado a esas series de dibujos que veía cuando era pequeño. De hecho, las sesenta primeras páginas podrían perfectamente ser el opening de la serie. Las ilustraciones me han gustado aunque se notaba demasiado que requerían color para poder disfrutarlas del todo.
Es obvio que se trata de ciencia ficción, no entiendo las dudas respecto a su categorización. Pero bueno, a cada cual lo suyo, supongo. Me han sorprendido ciertas escenas, aunque no demasiado. Y Nia… en fin xD.
Por otro lado, lo gracioso es que al final se ve un cambio en todas partes menos en Nico.
Esto te lo he comentado en spoiler en el Foro de Laura Gallego (sí, si queréis más opinión con spoilers incluidos, podéis dirigiros allí: http://www.lauragallego.com/foros/viewtopic.php?f=8&t=52709 ) porque no he acabado de entender muy bien a quién te refieres…
Un análisis exhaustivo y de referencia ;o)
Reconozco que el middle grade no es lo mío, y la verdad es que lo de los sueños hubiera hecho más hincapié en mi interés, pero tampoco suena mal lo de la ciencia-ficción light.
Gracias, guapa!
Besotes omniscientes.
¡Miau! (hace efecto lo de maullar, ¡mola! xD).
Muchas gracias por pasarte y leerme 🙂