Post de invitada: Tara Gilboy, autora de Unwritten

Hoy os traemos algo especial por el mes de #LeoAutorasOct: nos ha dejado la autora de Unwritten, Tara Gilboy, traducir un post suyo sobre la escritura y el proceso de refinado de las historias, uno de los puntos importantes de su novela. Sin más dilación, os dejamos con sus palabras.

Escribir no es solo poner las palabras adecuadas por Tara Gilboy

Enseño escritura creativa y una de las primeras cosas que cuento a mis estudiantes cuando me preguntan sobre la escritura y publicación de Unwritten es que me llevó un año escribirla y DOS revisarla. Eso quiere decir que pasé el doble de tiempo revisando que preparando la novela. No pasé esos dos años añadiendo una frase por aquí, cambiando una palabra por allá. Fue una revisión muy profunda en la que eliminé cien páginas, cambié la situación de las escenas, añadí escenas y escenarios nuevos, hice cambios enormes la motivación de los personajes y alteré completamente la dirección de la historia…

Sin embargo, sé cuántos aspirantes a escritor se resisten a este tipo de revisión en profundidad. (¡Yo lo hacía!) En vez de hacer esto, cuando les doy mi opinión sobre un manuscrito, me envían sus revisiones un día después, cambiando una palabra aquí, añadiendo una frase por allí. Si les digo que la motivación de sus personajes no está clara, añaden una frase que la explica y consideran que con eso basta.

Una vez, un estudiante me dijo: “Me ha gustado mucho tu clase, pero ¿cuándo vamos a hablar de verdad de escribir? Habíamos estado hablando de las motivaciones de los personajes y de conflicto y estructura, pero él pensaba que escribir una novela es elegir las palabras. Con suficiente práctica, todos podemos escribir frases bonitas sin problema. Es mucho más difícil contar una buena historia.

No estoy criticándolo, ya que yo pensaba exactamente lo mismo hace tiempo. Creo que gran parte del problema es la presión que nos ponemos como escritores noveles. Queremos que nuestros primeros borradores sean casi perfectos. Muchos cursos de escritura dicen a los estudiantes que “sangren en la página” y muchos noveles hacen algo parecido, intentando escribir una prosa perfecta y centrándose tanto en las palabras y las frases que les cuesta mucho revisar. (O, peor aún, se centran tanto en pulir sus frases que nunca acaban la historia) Después de todo, ¿cómo vas a borrar un capítulo entero para arreglar un problema de ritmo y trama si has pasado horas puliendo esas frases hasta que brillen?

Mi consejo para los escritores es este:

Escribe frases feas. Después, podrás borrarlas con calma cuando lo necesites. Una vez tengas la estructura colocada, ya podrás pulirlas y hacerlas brillar. Eso es solo una revisión de la superficie, es el tapiz.

Al hacer un borrador lo importante es que las ideas alcancen el papel. Un primer borrador son solo los cimientos. No puedes crear ni dar forma a una novela si no tienes un buen montón de material con el que trabajar. En mis primeros borradores había muchas cosas buenas. Desarrollo a mis personajes, que hace cosas que no me espero. A veces, pasan cosas maravillosas y surgen conflictos. Mis personajes descubren sus objetivos. Pero todo eso no está todavía bien formado. A veces, no ocurren en el orden apropiado ni por los motivos apropiados. A veces parece que lo hubiera escrito un niño de párvulos. Mis frases luchan durante toda la página. A veces me pierdo detalles. Localizaciones, diálogos. Otras veces ignoro por completo el lenguaje corporal y otras mis capítulos están llenos de suspiros, pataletas, ojos en blanco y otros clichés. Pero si no me permito escribir este desastre primero, no tendría nada con lo que trabajar. No puedo revisar algo que no existe.

En los primeros borradores deberíamos considerarnos “cuentacuentos” mejor que “escritores”. Que la historia surja. Hay mucho tiempo después para decidir qué palabras prefieres emplear para colocar la historia en la página. Pero tienes que tener lo importante bien primero. ¿Qué quiere mi personaje? ¿Por qué lo quiere? ¿Qué hay en juego? ¿Qué ocurrirá si no consigue lo que busca? ¿Cómo persigue este objetivo a lo largo de la novela y qué obstáculos se encuentra? ¿Cuál es su trauma emocional más profundo? ¿Cómo se encontrará con ese trauma en el clímax? ¿Cómo cambia a lo largo de la novela? Las respuestas a estas preguntas serán lo que realmente enganche a nuestros lectores, más que las frases bonitas.

Como escritores, a veces nuestro objetivo es desaparecer, que el lector olvide que se trata de una historia. Para que, cuando abran nuestros libros, vean mundos y no palabras.

 

Espero que lo hayáis disfrutado, a mí me parece un post muy interesante y espero que os sirva a todas para crear nuevas historias tan potentes como Unwritten.

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