Hace unos días me metí una panzada de Bakuman increíble. Y, aunque debería hacer una reseña sobre eso, voy a dejarlo para más adelante, pues lo que más me apremia ahora es hablaros sobre algo que me hizo reflexionar, más ahora con ciertos asuntos que se han ido descubriendo. Estoy hablando de las cancelaciones de libros, mangas o películas y series.
Según Bakuman, los mangas se cancelan porque pierden popularidad en los rankings de puntuaciones de cada revista. Sin embargo, deben estar en la cuerda floja durante unas cuantas semanas (cada capítulo lo sacan semanal) para que eso suceda. Y es muy duro mantenerse en el top 10 si a cada momento no dejan de aparecer series nuevas que puedan llamar la atención de los lectores precisamente por su novedad. Por eso, los mangakas deben esforzarse para que sus capítulos y su historia no se desvíen y tengan la misma fuerza que al principio. Para mantenerse fieles a su historia y a lo que sea que fuera que les permitió tener fans.
Yo no entendía por qué cancelaban una serie si todavía no había acabado y quedaba trama para rato. Es el caso de, por ejemplo, Time Stranger Kyoko. La cancelaron muy rápido, y se nota, como ya digo en la reseña. Pero leyendo Bakuman, lo entendí mejor (¡qué gran serie, por Deux!). Sin embargo, a raíz de comprender esto, no he podido dejar de darle vueltas y pensar más allá del manga. ¿Todo funciona así? ¿Las series, las películas, incluso los libros, funcionan por medio de popularidad? Claro que las ventas son importantes, porque todo es una apuesta realmente, pero ¿de verdad es lo único que cuenta?
Si lo pensamos bien, las series de televisión se cancelan también dependiendo de la cantidad de espectadores que tenga. Si el share baja unos cuantos puntos, cancelan la serie (o programa, como SLQH) y la matan. ¿Pero qué pasa con los otros millones o miles de espectadores que quedan, que siguen la serie y que son fans? ¿No valen para nada? ¿Que les den porque su interés no es el mismo que el de la gran mayoría? ¿Y quién juzga eso? Porque la serie de 10 razones para odiarte era popular, y sin embargo decidieron cancelarla justo en la mejor parte. Eso sí que no tiene sentido. Porque si algunos capítulos eran flojos, luego se compensaron metiéndole más incertidumbre hasta dejarnos en tal punto que la cancelación parecía una tomadura de pelo. Como el final de Prison Break, vamos. Otra serie que cancelaron y que en ese caso, al menos, tuvieron la decencia de cerrar y finalizar (aunque, como ya digo, de una forma totalmente abrupta y sin lógica). ¿Por qué hacen una apuesta sobre algo y luego la abandonan como si nada, sin luchar por ella? Las series, al igual que el manga, son semanales, sí, pero existe una diferencia enorme: los mangas no están ya hechos y se publican de esa manera, no. Los mangas se van haciendo durante la semana y, dependiendo de la opinión del público, pueden hacer mejoras o no. En las series, en cambio, se graban de un tirón todos los capítulos, y luego a ver el resultado. ¿Cuánta confianza deben tener los guionistas de que su historia va a enganchar desde el principio y sin ninguna opinión? Por eso luego nos encontramos segundas temporadas que casi no tienen nada que ver con la anterior. ¿Y eso es normal? En adaptaciones de libros a series tiene un pase, porque el guionista tiene la ayuda del escritor (Los Pilares de la Tierra, Juego de Tronos…), y algo de confianza debe tener (además de asegurarse como espectadores a los fans de los libros) ¿pero en el resto? Claro que todo depende también de la cantidad de publicidad que se haga sobre la serie.
Y esto me da pie a pasar al siguiente punto, que es el que más me interesa, porque es el más distinto de todos: los libros. ¿Qué motivos puede tener una editorial de cancelar la publicación del tercer libro de una trilogía? Es decir, es el último volumen, por favor. Lo publicas, tienes una trilogía completa y todos felices. Pues no. Hace unos días se daba la noticia de que Alfaguara no iba a publicar el último libro de El Ciclo de la Luna Roja, de José Antonio Cotrina. Si me dijeras «es que es un libro de mala calidad, que no quiere leer nadie y que no se vende ni rebajando el precio» entonces vale, me lo pensaría antes de decir nada. Sin embargo no es así. El primer libro se vendió bastante bien (incluso salió en Círculo de Lectores), pero a la editorial no le convenció. Incluso cuando publicaron el segundo, lo hicieron tan a desgana que dejaron de apostar por él y lo sacaron con un formato diferente (directamente a rústica). ¿Por qué? ¿Es que esperaban que fuera un super ventas como Crepúsculo? ¿Que desde entonces tuvieron tanto éxito que se olvidaron del resto y se dedicaron únicamente a traer libros comerciales, olvidándose de la calidad? Porque eso es lo que parece; solo hay que ver títulos que nos han traído desde la obra de Meyer (que si Ghostgirl, que si Caperucita roja, que si Agua para elefantes…). Y ese no es el único título de la editorial que quiere cancelar, pues con Vampire Academy están igual. Algo incomprensible teniendo en cuenta que es una saga de lo más original y popular.
Sin embargo, ese no ha sido el único caso de cancelación que hemos tenido aquí en España. A la saga de Eraide, de Javier Bolado, también le ha pasado, a manos de Timun Mas. Ambos autores se han encontrado con el tercer libro escrito y sin posibilidad de seguir publicándolo. Javier Bolado, al menos, está colgando ese tercer libro en su blog, para todos sus fans que quieran saber cómo continua, mientras espera y sigue en busca de alguna editorial que quiera apostar por él. Porque todo este mundo se basa en eso: en apuestas.
Y ahora viene el momento de verdadera reflexión: ¿Los autores españoles son una apuesta arriesgada y peligrosa, mientras que los extranjeros no? ¿Los autores españoles, si quieren publicar, deberán hacerlo únicamente con libros autoconclusivos porque, si no, correrán el riesgo de quedarse a medias como hemos podido comprobar? ¿Por qué? ¿Por qué los extranjeros tienen más valor si, además, cuestan más? No solo hay que comprar los derechos, sino también contratar a un traductor y hacer trámites distintos. Vale, es cierto, con los extranjeros puede verse eso que decía antes de la opinión y la aceptación que ha tenido en otros países, y la teoría de que si ha gustado allí, debe gustar también aquí. ¿Pero eso es realmente una apuesta, o ir a lo seguro? ¿Sacar por sacar algo, o sacar algo interesante porque realmente lo consideremos necesario y con calidad? Entiendo que como editoriales tengan que ganarse el sustento, pero ¿no podrían hacerlo apostando mejor?
Hay otra cosa que debes añadir: las expectativas.
Pongamos, de nuevo, a cotrina. cotrina viene de la fantasía adulta; se ha ganado un hueco y es conocido por internet 8muy conocido). Su otra novela pubicada por alfaguara no se vendió mal, por lo que hicieron la ecuación:
Si un libro se vende bien y tiene calidad, el segundo ya va a ser un bestseller!!!!
¿Problema? Que no meditaron de verdad lo que ocurriría. Cotrina hizo un libro juvenil, el fandom español NO quiere saber nada de lo juvenil por muy bueno que sea el escritor (cuestión de gustos). Era un autor novel para el juvenil y, como tal, tardó en ahcerse un hueco (pero no he leido ni una sola reseña mala). Alfaguara pasó de editar bien el segundo libro y los lectores no tragaron: querían en una buena edición, pagaban por ello. ¿Resultado? alfaguara ha cancelado la serie y alegaría que no vendieron lo esperado.
LAs espectativas es lo que mata a la literatura, las series y demás, por mucho que tengas una audiencia fiel, un montón de premios y demás, si no se cumplen, a la porra con todo. XA-LFDM
PD: de todas, yo quiero hacerme la serie, demasiadas buenas críticas para dejarlo escapar 😛
Personalmente estoy como tú, no entiendo la política en estos casos (y muchos son sangrantes, por ejemplo el de 10 razones). Entiendo que tengan que ganar dinero, pero los autores españoles no deberían ser una apuesta tan arriesgada, al fin y al cabo tenemos a muchos muy buenos.
De todas maneras, dada mi postura bastante contraria a las sagas eternas, no estaría nada mal que los autores españoles empezasen con libros autoconclusivos antes de lanzarse a por sagas.
Y, por supuesto, una de las cosas que tengo más claras de todo este embolado es que deberían ser más consecuentes las editoriales, si deciden apostar por algo que lo hagan bien en todo momento y no "ahora sí, ahora no, ahora sí" que así no hay quien se atreva a comenzar una saga de un autor poco conocido.
cuanto más éxito han tenido con algo, más aversión al riesgo tienen. No se dan cuenta de que una buena edición y una portada atractiva hacen mucho más que un autor o una saga "seguros", y se empeñan en no gastarse dinero en lo fundamental. Por bueno que sea el contenido, si al lector no le llama la atención el exterior no lo compra. ¿El problema? Que cuando no están convencidos se van a la edición más fea y baratucha, cuando tendría que ser al contrario.
Una reflexión interesante y hay muchas ramas que sufren las cancelaciones. Ahora mismo, la que más quemada me tiene es Planeta en su línea manga. Se entiende que hay empresas detrás y que buscan ganar dinero, lo malo es que últimamente parece la medida fácil y deberían tener un poco más en cuenta que, lo que para ellos es puro dinero, para los demás es una afición y no es justo dejar a medias a la gente.