Reflexiones: La JuveCon, un sueño

      7 comentarios en Reflexiones: La JuveCon, un sueño

En esta reflexión voy a tratar los motivos por los que sería muy sano para la literatura juvenil, y para todos los involucrados en ella, que hubiera una Convención Anual de Literatura Juvenil en un horario y situación que favoreciera la asistencia de los jóvenes. Esta idea está basada, en bastante medida, en la envidia sana que me dan los estadounidenses con sus convenciones, como la DragonCon, por ejemplo.

¿Qué es la Literatura Juvenil? Es una pregunta que se hacen muchos. Tanto adultos, como jóvenes, al ver la variopinta oferta que nos venden como tal las editoriales. Libros desde Harry Potter, sobre todo en sus últimas entregas, hasta Los Juegos del Hambre entran dentro de esta definición. Un momento, solo he dicho libros de fantasía o ciencia ficción en esa comparativa, pero no, también libros como Ladrona con Clase, o cualquiera de esos que tratan a la juventud y sus problemas, desde el punto de vista del joven, podrían entrar en esta categoría. Y es que esa es una de las primeras diferencias con respecto a catalogar en fantasía, ciencia-ficción, realista, romántico o cualquier otro género. Juvenil no es un género, sino una categoría. Una categoría que simplemente indica, en el mejor de los casos, una cierta cercanía a un tipo de público. Pero que no lo convierte en único lector de este tipo de libros. Ni tampoco lo convierte en lo único que lee ese público. Es decir, para entendernos, ni todo lo que leen los jóvenes es juvenil, ni solo los jóvenes pueden leer juvenil. Es una categoría que está alcanzando una cierta madurez, tanto en tratamiento de temas, como en la propia belleza de la prosa empleada, y, por tanto, merece, no, necesita, mejor dicho, un espacio dentro del que hablar sobre ella, y a través del cuál la sociedad deje de verla como una literatura de segunda. Si no, podemos encontrarnos, y nos seguiremos encontrando con ejemplos como un profesor de Teoría Literaria que consideraba a Harry Potter «los potitos de la literatura». Necesita reivindicar su propio papel dentro de la Literatura y no estar constantemente supeditada a la Literatura «para adultos».

Y para eso nada mejor que una convención anual. Quiero decir, lo primero que conseguiría, sin más, sería la atención de los medios, aunque fuera para decirnos lo raros que son los jóvenes que leen, aunque sea una falsedad. Digamos que es un poco como lo que ha sucedido con el fenómeno de los salones de manga y cultura japonesa. Han puesto en el mapa un tipo de joven que antes era considerado el más extraño, cómo no conseguiría por lo menos acercar al resto de la sociedad española a los jóvenes lectores el hecho de aparecer aunque fuera como bichos raros. No lo neguemos, todos sabemos que eso sería lo que harían las televisiones. Sin embargo, a pesar de ello, si los ponentes de la convención y las editoriales se esfuerzan, al fin y al cabo tienen un público prácticamente seguro en grupo, como son las clases de literatura de los colegios, como evento sería un éxito. Y sí, hablo de ponentes, pues, aunque todos conocemos la capacidad de atención relativamente disminuida que nos intentan vender los medios como parte intrínseca de los jóvenes de hoy en día, ¿cuántos de esos jóvenes lectores no se pasan horas y horas leyendo o interesándose por la última información sobre sus autores y libros favoritos, o sobre literatura, o sobre eventos? En fin, que sin duda si hubiera ponencias sobre literatura juvenil a la que pudieran acceder los jóvenes seguro que muchos se acercarían y buscarían aprender más sobre literatura y sobre el proceso de creación, por ejemplo. Evidentemente no estoy hablando de todos los jóvenes, puesto que, como buen grupo de edad, está lo suficientemente diversificado como para que haya variedad de disposiciones. Lo que es imposible es que se pongan estas conferencias en horario lectivo, porque básicamente hacen imposible la asistencia de los que serían los más beneficiados.

Pero vayamos por partes, que he introducido demasiadas ideas en muy poco espacio. Primero, la asistencia. Más allá de la asistencia obligatoria que algunos profesores impondrían en caso de celebrarse, y que no tiene por qué ser algo mal. De hecho, los profesores son unos destinatarios perfectos para esta convención, puesto que se trata de los encargados de «obligar» a los jóvenes a leer, y aquí le podrían tomar el pulso a la realidad lectora de los jóvenes en vez de mandar otras cosas. ¿Os imagináis la cara de un profesor cuando vea algunos de los títulos literarios que más atraen a los jóvenes, como Los Juegos o El Corredor?  No es muy difícil imaginar que, con el éxito que tiene la BLC y otras muchas quedadas cercanas a la literatura juvenil, el espacio de una convención se convertiría en el sancta sanctorum de los jóvenes lectores. Tendrían de ese modo un espacio perfecto para reuniones y quedadas de todo tipo, añadido a lo cual podríamos ver gente pugnando por asistir a las distintas conferencias de autores o estudiosos de la literatura juvenil. Es imaginarlo y descubrir que la imagen de un evento de estas características donde la organización no solo se dedicase a un solo grupo y preparase distintos eventos especiales me llenaría de orgullo hacia la literatura juvenil y su calado en la sociedad. Por supuesto, para que esto resultase, probablemente sería necesario una aceptación de la necesidad de cobrar un valor simbólico de entrada, cosa obvia y que casi todos los salones del cómic y del manga realizan. Sin duda sería mejor fijarnos en las convenciones de juegos de mesa creados por asociaciones, como la Ludomanía, el Frikigordo u otros, cuya entrada es gratuita, pero probablemente sea demasiado soñar. Es decir, que la asistencia, con que fuera parte de la que va a cualquier salón del cómic o del manga, ya estaría básicamente masificada.

Por otro lado, hablemos del tipo de actividades que podrían darse. Por un lado, el mero hecho de estar en el mismo ambiente que algunos de los autores favoritos conseguiría una mayor conexión entre autor y lector, y no solo meras firmas de libros donde apenas puedes hablar unos segundos. Eso siempre es positivo para la literatura. Por otro lado, ya he hablado de la interacción entre lectores como algo mucho más probable dentro de este ambiente privilegiado. Pero hay otras tres partes que no podemos olvidar: Los autores noveles, las revistas literarias y las editoriales. Los autores noveles encontrarían en este estilo de convención un marco prácticamente inigualable para lanzar su obra hacia los jóvenes, mejor que muchas campañas de márketing. También les sería más fácil acercarse a editoriales de manera que pudieran ver su trabajo el máximo número de personas dedicadas a este ámbito. Por otro lado no podemos olvidar la presencia de revistas literarias y fanzines que probablemente darían mucha visibilidad a los relatos cortos con los que suele empezar el autor novel y conseguirían que surgiera una literatura de relato corto juvenil. Y no solo eso, ¿os imagináis tener en vuestras manos un ejemplar de El Templo de las Mil Puertas, con su maravillosa maquetación? No me digáis que no lo habéis pensado nunca. Además, de este modo conseguirían darse a conocer revistas literarias dirigidas a jóvenes, de calidad, que de otro modo pasan desapercibidas. En cuanto a las editoriales, sería un lugar perfecto donde demostrar su compromiso con la literatura juvenil, así como con sus lectores, siendo el espacio no solo para mostrar sus novedades, sino para involucrar con campañas inteligentes e interesantes a los jóvenes en las nuevas obras. En definitiva, no veo que hubiera nadie que perdiera dentro de la convención. Excepto quizá aquellos jóvenes que fueran obligados, pero es el único caso, y quizá de este modo se «contagien» por el ambiente.

¿Y qué diferencia esta propuesta de una Feria del Libro? Dejando aparte el aparato comercial que se generaría, inevitable en la mayor parte de las ocasiones, siendo un espacio donde se pueden vender libros. Tendríamos un lugar donde en vez de tener una o dos actividades a lo largo de todo un mes, tendríamos muchas más en menos tiempo. Sí, estaría concentrado y te obligaría a elegir a qué eventos quieres asistir… ¿Alguien ha ido alguna vez a todos los eventos de una Feria del Libro? Además, tendríamos la posibilidad de que los eventos con los autores no fueran simplemente presentaciones de libros sino auténticas mesas redondas participativas donde el público estaría realmente interesado en lo que se va a decir y sobre lo que se va a debatir. De esta manera, sin ninguna duda estaríamos hablando de un lugar donde los autores y los estudiosos de la literatura juvenil podrían hablar de sus inquietudes al respecto y donde los lectores podrían darles su feedback de una manera más sencilla. Baste tomar como ejemplo de conferencia (sí, me dio muchísima envidia) la que protagonizaron hace poco en Estados Unidos Patrick Rothfuss, George R.R. Martin y varios otros adalides de la literatura fantástica. Si nosotros pudiéramos tener algo así, ¿qué os parecería?

También hay que decir que esta no es una idea descabellada, dado que, dejando aparte los americanos y sus mega-convenciones, tenemos ejemplos más cercanos centrados en la literatura fantástica, como puede ser el encuentro de Dos Hermanas en Sevilla, que creo que ya va por su sexta edición, y la Hispacon organizada por la Federación Española de Espada y Brujería, que ya va por su ¡trigésima! edición. Nosotros habíamos pensado que, dado que una de esas es en la Comunidad Valenciana y la otra en Andalucía, que estaría bine que se hiciera una en Madrid, y otra, no coincidente en el tiempo, en Barcelona, igual que los Salones de Manga y Cómic. Probablemente precisamente su existencia debería dar alas a la idea de que una literatura emergente como la juvenil puede generar el interés suficiente para crear una convención separada y destinada a todos los géneros literarios que componen o que tienen obras cercanas a lo juvenil. Puestos a ello, hemos estado pensando Alexia y yo en un nombre para la convención y el provisional que se nos ocurrió fue JuveCon, ¿se os ocurre alguna otra cosa que pudiera servir como nombre y que contenga esa idea de convención de literatura juvenil? Porque no me gustaría coger nada de ninguna obra para no alejar al resto de jóvenes. Esto no quiere decir que vayamos a organizarlo ni nada por el estilo (aunque nos gustaría), simplemente que para poder considerarlo una posibilidad, lo primero que hay que hacer es darle un nombre.

7 pensamientos en “Reflexiones: La JuveCon, un sueño

  1. May

    Lo que daría porque se celebrara algo semejante y a poder ser en múltiples ciudades, porque siempre nos encontramos con que X evento se realiza en Madrid y no en Barcelona, o a la inversa. Así todo el mundo podría acercarse a algún punto 🙂

    Como dice Alexandre, LiteraCon suena bien! Aunque quizá podría ser más amplio el público 🙂 Si se trata de acercarlo al público juvenil, se debería buscar un nombre llamativo. Soy malísima para los nombres, pero si se me ocurre alguno, volveréee!

    PD. Yo me apuntaría sin duda, por si no se ha notado mi emoción en el comentario xD

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  2. Nacho

    Estoy completamente de acuerdo, no se da a la literatura juvenil el reconocimiento que se merece.
    Es muy buena idea lo de hacer una convención, pero debería hacerse en todas las Comunidades Autónomas, que aquí a Asturias nunca llega nada.

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  3. Alexandre93

    O en vez de hacer una en cada comunidad autonoma por zonas, centro(Madrid), noroeste (Galicia Asturias, Santander) noreste (Cataluña y demas) Sureste… Asi nos queda (mas o menos) cerca a tod@s y no se hacen 20mil convenciones.

    Aún asi, lo del nombre hay que pensarlo bien. Los nombres son importantes…

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  4. Iria Jones

    En primer lugar, bravo, pedazo de reflexión xD. Y la verdad, es que es todo muy acertado. Sí que sería necesaria una convención para lectores de literatura juvenil, serían muy interesantes esos cara a cara con los escritores o con otras personas con nuestras mismas aficiones.
    Pero, de todos modos, creo que cada vez nos vamos acercando más a ese objetivo y va creciendo el público comprometido con estos temas. Como bien has dicho, la BLC tiene muchísimo éxito, y creo que es lo más cercano que tenemos a una verdadera convención, aunque deban seguirse los horarios organizados por la feria del libro. Pero además tenemos las firmas (creo que últimamente paso más tiempo que nunca en el Forum de Callao xD) o todos los blogueros, en general, estamos comunicados entre nosotros aunque sea a distancia, y las redes sociales y de más nos permiten una mayor comunicación, incluso con los escritores con los que antes ni si quiera se nos ocurriría que podríamos mantener una conversación.
    No se trata de "convenciones" pero el comunicarse y compartir esta clase de gustos cada vez está más presente y lo vemos con más ganas y no dudo que en cualquier momento pueda llegar a más.
    Así que, después de mi parrafada, sólo me queda decir que me apuntaría sin pensarlo a una JuveCon 😉

    Besos!

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  5. Babel

    Me han dado ganas de cantar un himno, oye XD. Sería genial sin duda poder asistir a otra feria del libro, más específica, como una juvenil o directamente de fantasía. Yo me apuntaba a ambas, por supuesto.
    No puede salir nada malo de algo así y sí muchas cosas positivas.
    Besotes feriantes.

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