Mientras paseába el hacedor por el desierto, un hombre contaba sus desventuras a una tribu de beduinos, y esto fue lo que escuchó el hacedor.
Título: Great Expectations
Autor: Charles Dickens
Año: 1860
Nº de páginas: 550 y pico dependiendo de la traducción y de la edición.
Sinopsis: Grandes esperanzas es uno de los títulos más célebres del gran autor inglés. Publicado originalmente en 1860, narra la historia de Pip, un joven huérfano y miedoso, cuyo humilde destino se ve agraciado por un benefactor inesperado que cambiará el sino de su vida y hará de él un caballero. Una maravillosa novela de aprendizaje y una magistral galería de protagonistas que trazan un acabado retrato de época, al mismo tiempo que una honda reflexión sobre las constantes de la condición humana. La realidad de la vida cotidiana en Inglaterra y la fantasía se dan la mano, mostrándonos un mundo extraordinariamente humano y detallista y una peculiar psicología de los personajes…
Opinión: Es un libro muy raro, no puedo decir que lo recomiendo. Para empezar, el comienzo, como buen comienzo que tiene a un niño en el centro, parece deslabazado. Lo cierto es que todo lo que sucede al principio tiene mucha importancia conforme avanza la historia…. para el que le consigue enganchar. Para mí, el comienzo fue interesante, te daba una idea de cómo era la vida de un niño pequeño en esa época… y de cómo era todo lo que le rodeaba. Luego llega la salida del pueblo… y ahí se hace todo un poco insufrible, entre que ves lo que Pip debería hacer y entiendes (bastante mal), por qué no lo hace pero sabes que en la novela eso le pasará factura (más que nada porque él no deja de recordartelo)
Esa ha sido una de las cosas que más me han rallado de este libro, el continuo foreshadowing, con poco que tengas un poco de luces sabes exactamente lo que va a pasar con bastante tiempo… excepto el final. No quiero decir que el final parezca forzado (de hecho todo está perfectamente hilvanado y es lo mejor de la novela) pero lo cierto es que es un final un tanto atípico… pero que se compone de muchas cosas que te ves venir.
En cuanto a los personajes:
Pip: se merece todo lo que le pasa, tanto lo bueno como lo malo, según muchos solo hace frente a coincidencias… pero lo cierto es que el cómo hace frente a esas coincidencias moldea toda la novela, todas las reacciones de los demás y todo. Hasta la mitad del libro os parecerá de un ingenuo insultante… y cuando veáis la última mitad os parecerá un fantoche sin personalidad… hasta las últimas cien o cientocincuenta páginas en las que se convierte en un auténtico personaje entrañable.
Estella: He de decir que es un personaje femenino que me ha encantado, sí, es mala, una arpía, juega con el corazón del chico que está enamorado de ella, es cruel y desdeñosa… podría seguir diciendo características suyas… y todas parecerían malas… pero se hace querer. De alguna manera, conforme sabes más de su historia no haces sino desear volver a verla.
Wemmick: Artero, pero desde luego el mejor para llevar el juego de la gran ciudad. Gracias a él podemos ver mucha de la hipocresía reinante en esa época. Casualmente a la inversa de como habitualmente se ve la hipocresía. Es un personaje extraño al que cuando le coges el punto hasta te ríes, sobre todo en un paseo que dan juntos Pip y él hacia el final de la obra.
Herbert: El bonachón del amigo, que se hacen amigos como todos nos hemos hecho algún amigo de jóvenes, a hostias ^^ Es probablemente uno de los personajes más ingenuos de toda la obra, y sin embargo también es uno de los más simpáticos.
Joe: qué decir de él, el sufridor de la obra, aquel que se merece todas las alabanzas. Realmente, no puedo sino quedarme extasiado de que también tenga que decir que es un tanto ingenuo. Pero no le quita poder al personaje, de hecho, su ingenuidad es algo que completa su carácter de manera excepcional. Podría decir infinidad de cosas, todas positivas, pero me pasa como con Estella, nada puede hacer que se le coja el mismo cariño que oír lo que tiene que decir de él Pip.
En fin, creo que con eso para los personajes vais servidos. Aunque tengo una queja, una queja que me pasa siempre que leo algo en primera persona… ¿por qué el narrador tiene que ser insulso y descorazonador? Es decir, en esta novela ves lo que hace el narrador, y todo el foreshadowing que da, y te hace decirte «pero tú… en esa época… eras auténticamente estúpido, ¿no?»
No es la primera vez que me pasa con un narrador en primera persona, pero en este caso es que me parece flagrante. Y es cierto, acepto que mantiene muy bien la tensión (excepto en algunos cachos pequeñitos que te dan ganas de tirarlo al fuego) pero como siempre centra toda la tensión (excepto en unos pocos momentos) en la historia de Pip… cuando lo que a mí personalmente me interesaba era Estella, Joe, Biddy, Miss Havisham… incluso Provis era más interesante que el estúpido cabezón de Pip.
Y sí, en este, como en todas las novelas clásicas que hemos reseñado (Orgullo y Prejuicio, Frankenstein y Jane Eyre) la característica principal del personaje masculino principal es la arrogancia y solo cuando ya no son arrogantes se convierten en personajes realmente soportables… bueno, cierto, Darcy también antes…
En fin, no sé si recomendarla. Sé que en inglés la lectura de Joe, Biddy, Wemmick y algún otro es insufrible. No sé si en las traducciones será igual. El ritmo es… dejemoslo en tremendamente lento al principio para luego darte cien páginas que te saltan la lagrimita. Y sí, es un libro de lágrimas, no es algo que esconder.
Muy buena reseña ^^
Aunque me da la impresión que en el examen tendrás que extenderte mucho más y spoilear un tanto. Aunque ahí te he visto rápido excluyendo a Darcy de toda la panda de caballeros clásicos xD (aunque en la miniserie se le odia también un poco más xD)
La verdad es que me ha dado de repente por querer leer novelas clásicas (sí, no me preguntes por qué xD). Puede que se deba a la miniserie de Tess of the D'urbervilles que me está enganchando de una forma… Y no es un cuento de hadas, no >.<
Ña… he ido rápido porque es cierto que no es exactamente igual… pero no creo que se aleje demasiado.
Leer novelas clásicas bueno, pero no se puede despreciar la buena literatura actual, que es algo en lo que caen muchos profesores de literatura.