Título: Sombra
Autora: Elena P. Melodia
Trilogía: My Land II
Editorial: Roca Editorial
Páginas: 352
Sinopsis: Sola, aterrorizada, perseguida por los Master y en el centro de unos misteriosos asesinatos sin respuesta es como dejamos a Alma en Oscuridad.
Ahora, alguno de aquellos interrogantes se empezarán a resolver. Sin embargo, por el momento Alma se siente cada vez más aislada. El instituto, sin Morgan, le parece un edificio vacío. Nada de lo que sucede a su alrededor le produce alegría, ni siquiera la recuperación de su amiga Seline, y siguen sus preguntas existenciales.
Poco a poco, Alma descubrirá que las respuestas están en su verdadero origen y lo verá al reconocerse en una fotografía expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo. Es ella misma, ahí está, con los ojos fijos ante la cámara. Aunque en realidad, la chica retratada es la hija del fotógrafo, quien murió tres días antes del accidente de Alma, aquel accidente del que salío ilesa, pero que le cambió la vida…
Opinión: Sinceramente… odio cuando los libros no tiene lógica. Con este libro me he encontrado con un ejemplo extremo de cómo intentar engañar al lector. Y existe el problema de que intentar engañar al lector vendiéndole durante más de la mitad del libro una cosa y luego diciendo otra completamente distinta no es la mejor forma de ganarse mi simpatía. Pero empecemos por el principio. Se trata de la segunda parte de Oscuridad, así que, aunque en principio no deberíais encontraros ningún spoiler ni de este libro ni del anterior, no sé si me podré contener bien.
Bueno, teniendo en cuenta cómo acaba el primer libro, uno se espera muchas cosas, pero no ver caer a uno de los personajes en el primer párrafo del libro, claro, que tampoco se espera que el personaje al que esperas que aparezca cuanto antes llegue más allá de la mitad del libro. Alma nos sorprende siendo una auténtica chiflada. Emociones a flor de piel durante la primera mitad del libro nos hacen pensar que nos encontramos ante una perturbada. Hasta ahí, todo «bien» porque más o menos se mantiene coherente con la Alma del primer libro. Y sí, está su hermanita a la que adora, y es que es adorable la condenada. Pero pronto empiezan a pasar cosas raras, parece que el libro se dirige en una dirección, para luego irse por otro camino de pensamiento, y así más o menos cada capítulo. Lo que no estaría mal… si hubiera un hilo conductor.
Ah, pero entonces llega la mitad del libro, o incluso un poco más allá, y descubres que todo lo que sabías de Alma es mentira. No es una perturbada… o por lo menos no como tú piensas. Y ves que todas las emociones que te ha descrito con tanto cuidado… pues en realidad no existen. Y entonces vuelves a pensar que es una perturbada (o que el personaje no es coherente consigo mismo… que cualquiera sabe). Si es que… todo va perdiendo sentido conforme avanza el libro. Desde el seudo-triángulo amoroso (que en serio, ya no saben qué hacer para forzar que haya un triángulo) hasta los personajes «sin describir», pasando por la cantidad de misterios inaudita. En serio, se pasa de misterios. Además, no mantiene la atención del lector en ninguno de ellos. Y la explicación que da está tan completamente sacada de la manga… que es como, venga va, suspenderé mi credulidad porque si no… Pero luego piensas en lo que has leído y en la explicación y… bueno, que podía haberse planteado la explicación antes de escribir todo lo anterior.
Como comprenderéis, después de esto no puedo sino expresar mi repulsa hacia Alma, Morgan y el resto de personajes. Y es que al final hasta quieres que aparezcan los malos y les den una somanta de palos a todos, a ver si así espabilan. O que les coja la policía. Porque vamos, los polis de esa Ciudad tienen que ser paletos a más no poder para no fijarse en cosas tan sencillas como huellas, y no, no me refiero a las dactilares, cristales rotos en antiguas escenas del crimen… Vale que Sarl se esté fijando más en otras cosas… pero bien podía alguien decirle que se está haciendo el sueco. Y claro, llamar a la madre cuando la niña se salta el instituto tampoco mola (qué más da que vaya a la consulta del psiquiatra que va a tratar a su amiga, a un pueblecito lejano, a la comisaría ¡a la comisaría, donde ve a la madre y todo!).
Vamos, personajes caricaturescos en el mejor de los casos, con pequeñas influencias de algo malvado para hacer sufrir a los lectores, que cambian completamente de tercio en el último tercio del libro. Morgan… bueno, mejor no digo lo que pienso del Morgan que aparece. Lo gracioso, que los personajes secundarios hubiesen dado mucho juego… si les dejase un poquito de margen. Y ya lo de las amigas es enfermizo, simple y llanamente. ¿Cómo podían soportar a Alma? ¿De dónde han salido? ¿Seline… piensa en algún momento? ¿Adam… es masoca? En serio, lo de Adam… es para darle de comer aparte. ¿Es creíble de verdad?
La trama… bueno, la trama cambia hacia el final del libro dejándolo todo abierto. No, no es agradable. Primero, porque la inseguridad/estupidez de Alma permea todo el libro, segundo, porque estoy convencido de que a poco que se lea con un mínimo de interés se le ven las incoherencias argumentales. Encima no se trata de una lectura que se pueda tildar precisamente de ligera, no. El vocabulario está trabajado, de manera que, encima, nos encontramos con construcciones extrañas en boca de niñas de diecisiete años. Por no hablar de los adultos que parece que hablen babytalk con la lista de Alma. ¿Autoridad? Eso debe ser que no se estila. Pero ni siquiera entre la policía.
¿Cómo puedo llegar a expresar la desesperación que me embarga al hablar de este libro? Generalmente, consigo abstraerme y encontrar un punto de objetividad desde donde juzgar los libros que personalmente no me gustan, pero con este me resulta francamente difícil no sentirme estafado por la autora. Vale, nadie puede saber el secreto… pero no te tires tres cuartas partes de la segunda parte del libro escondiendo todos los detalles al lector. Y, sobre todo, no le mientas, narices. Si por algo se caracteriza la primera parte del libro es por las emociones que transmite Alma, en todo sentido. Y como no os puedo spoilear… simplemente decir que nada es lo que parece.
Alexia nos dejó en su reseña de Oscuridad una serie de incógnitas que… se quedan como eso durante la mayor parte del libro, respondiéndose solo algunas y solo en parte, en ese momento de cambio radical. Y esa es otra de las cosas que tengo que decir, si vas a responder preguntas, hazlo con calma, no todo a la vez. Queda sospechoso, cuando menos. Descubrimos el secreto de la pluma, aunque se nos incrementen las dudas respecto a su uso. El cuaderno… en principio no hay información nueva, más allá del por qué escribe esas cosas. Respecto a los Master… se nos dice qué son, eso sin duda. Pero vamos, que todo en el mismo pack, se comprime toda la información en la página doscientos sesenta y pico. En cualquier caso, lo bueno es que no hay apenas incógnitas libres para el tercero, si nos creemos lo que nos dicen, claro está. De hecho, de nuevo la incógnita está en dos personajes masculinos: Morgan y Adam.
Como punto positivo del libro, decir que las descripciones están cuidadas. Que la acción es fluida, aunque sea caótica. Es decir, la técnica está muy bien. De alguna manera, acaba enganchando, siempre que superes esa sensación de caos. Cuando os acerquéis a este libro descubriréis pronto si os gusta o no, si los personajes os parecen decentes (aunque personalmente me resulten extraños y falsos) probablemente deberíais darle una oportunidad, dado que utiliza bastante bien el lenguaje en las situaciones.
En definitiva, reconozco que no está mal escrito el libro, pero es… incoherente. Vale, no puedo negar que no soporto a la protagonista, pero eso no me parece excusa para tener que soportar que me mienta la voz narradora. Sinceramente, hace poco he visto la película El Ilusionista, donde tampoco nada es lo que parece, pero ahí por lo menos tiene sentido cuando te lo explican. De manera que solo os puedo recomendar este libro si leísteis Oscuridad y os gustó.
Impresión general
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Puntuaciones
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Personajes: 3
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Misterio: 4
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Trama: 3
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Terror psicológico: 5
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Estilo: 5
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Cuando leí Oscuridad pensé que había demasiadas incógnitas, demasiadas cosas sin resolver y e pareció que la autora intentaba abarcar demasiado mezclando novela negra con drama adolescente con elementos paranormales y con ciencia ficción. Todo ahí, mezclado sin ton ni son.
No me acabó de convencer, por no hablar de lo insoportablemente idiota, creída, soberbia y perturbada que era alma.
Ahora, tras leer tú reseña –que me veía venir no sería benevolente por lo que hablamos en twitter– tengo miedo de leer la segunda parte. Y más miedo aún de leer la tercera.
Parece que no te ha gustado mucho
^-^. Espero poder leerlo porque creo que será mi tipo de libro: asesinatos, misterios …
¡bye!
Oh, Dios. Lo del triángulo es absurdo. Y es que no me lo creo. Es tan… WTF? xD
Y lo que se te ha olvidado mencionar es que Alma es una guarra con todos sus significados. Si no puede acercarse al agua… ¿la muy marrana no se lava bien? Porque si no tolera el agua entonces tampoco es que pueda estar mucho tiempo en contacto con ella, ¿no?
El primero prometía ser extraño y lo cumplió. Pero una extrañeza poco definida que no sabíamos en qué iba a desembocar. Visto esto… ya sabemos en que lo ha hecho en nada bueno. Es todo tan… absurdo e incoherente. Y es que además, lo único que provoca es que el lector no sienta siquiera un mínimo de interés.
Morgan me ha decepcionado. Y la forma de no explicar las cosas desesperado. Está tan… mal llevado todo.