La improbable teoría de Ana y Zak

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Vivió el hacedor los entresijos de una convención desde varios puntos de vista
 

Título: La improbable teoría de Ana y Zak
Título original: The Improbable Theory of Ana and Zak
Autor: Brian Katcher
Traductor: Leonel Teti
Editorial: Roca
Páginas: 284
Sinopsis: Todo comienza cuando el hermano menor de Ana Watson, Clayton, se escapa del hotel en Washington tras haber asistido al Torneo de Preguntas y Respuestas, para asistir a la convención de ciencia ficción y fantasía más imponente de los Estados Unidos: la WashingCon. Sin embargo, hay un culpable: Zak Duquette, un joven que durante el viaje de Tacamo a Washington estuvo constantemente hablando sobre el evento, apenado porque se lo perdería.
Ana y Zak son dos polos opuestos. Ella es la chica perfecta, responsable, ninguna de sus notas baja de un notable. Zak es amante de la ciencia ficción, Star Trek, y lo único que le importa es pasarlo bien con sus amigos. Sin embargo, a Ana no le queda otra opción que recurrir a Zak para que la acompañe a la WashingCon y así encontrar a su hermano.

Opinión: Siempre he tenido mis más y mis menos con la representación del mundo friki en las novelas juveniles. Casi siempre, se acaban dejando llevar por unos estereotipos muy claros y no excesivamente positivos. Y claro, eso conlleva que se maximice el daño a aquellos que tenemos gustos alejados de la norma. Aunque… bueno, quizá deberíamos reconsiderar eso de «alejados de la norma», porque, cada vez más, todo el mundo tiene un pie, un brazo o buena parte del cuerpo metido en lo que antes se consideraba friki. En cualquier caso, esta novelita tiene lugar, principalmente, en un lugar que se considera un bastión de lo friki, el lugar donde todos aquellos que gustan de elfos, videojuegos, juegos de cartas de nombres impronunciables y valores estratosféricos, representaciones teatrales, música basada en series, películas y libros se encuentran con sus semejantes. Sí, estoy hablando de una macroconvención a la americana. Como sabréis, he estado en un par ya (en Londres, eso sí, nunca al otro lado del charco). Y… la que nos muestran es una mezcla de ambas.

Todo empieza de la manera más tonta, suspendiendo una maría por vagancia. O al menos eso nos quieren hacer creer, porque, si bien ese es el comienzo de la historia, no es lo que llevará a nuestros protagonistas a descubrirse del todo. No nos engañemos, todos sabemos cómo acabarán nada más empezar. Quitémonos la venda de los ojos y asumamos que lo que queremos al coger los libros es ver el viaje de los protagonistas y no su encuentro final. Aunque disfrutemos de este último y esté muy bien llevado, si el viaje no es suficientemente bueno, no merece la pena. En este caso, sí merece la pena. El viaje es lento, con sobresaltos, con muchos encuentros y muchos momentos que nos sacarán la sonrisa o el momento facepalm. Porque sí, porque la chica es la primera vez que se enfrenta a lo extraño que es el mundo de las convenciones. Aunque, otra vez, seamos sinceros, que sea una convención solo ayuda para que haya cientos de referencias al mundo real que nos saquen la sonrisa. Lo mismo podría haber sido la primera vez que entra en un centro comercial, en un cementerio por la noche o en cualquier otro sitio donde una niña bien no deba estar. Al fin y al cabo, lo que nos importa no es por qué es extraño para la protagonista, sino que uno sí esté acostumbrado a esas situaciones y la otra no. Con esto no estoy menospreciando la ambientación, que me ha parecido interesante y entretenida, si bien algo… «exagerada». Eso sí, la forma de evitar los nombres directamente: «Voy con una trenza y sé usar el arco antes de que saliera esa película. Oh, ¿de quién pensarán que me estoy cosplayeando?». Da un poquito de vergüenza ajena.

Se trata de una sola noche en una convención donde todo se les va de las manos. Y, como en todas las películas de desastres juveniles que podemos haber visto, sobre todo las ochenteras, lo que verdaderamente importa es cómo se van dando cuenta  a base de encuentros y desencuentros de que, quizá, el chico raro no es tan raro, la niña buena no es tan buena, y coger las drogas que te encuentras por el suelo siempre es mala idea. Eso sí, igual que en esas películas, todo está tratado con un buen humor único. «Me han dado una paliza, deben haberme roto unas costillas, pero voy a seguir corriendo». Y así una y otra vez. Luego tenemos las escenas dulces, que, también como en aquellas películas, solo necesitan de una luz rosa de fondo y una música bonita. En serio, me ha encantado en ese sentido, pero… entiendo que a muchos les vaya a saber a poco. Lo gracioso es que no engaña en ningún momento. No promete nada más que lo que da: diversión con reminiscencias y referencias miles. ¿Necesita algo más? Quizá sí, quizá le ha faltado un último salto desde la base de esas películas. Y un poquito más de valor en el final tampoco hubiera estado de más. Pero, y esto es lo más importante, el drama que hay no se trata con esa ligereza, sino que hace sufrir realmente. Y eso se agradece, no porque vaya a cambiar lo que es el libro, sino por el respeto que implica hacia la gente que pueda vivir situaciones semejantes.

En sí, el estilo es lo que podemos esperar. Es decir, no creo que nadie espere una narración especialmente complicada, ni unas descripciones detalladas en este libro. Si lo hace, ya puede quitarse esa idea de la cabeza. Lo importante es la acción y el movimiento, por ello, la narración es directa al grano y busca que «sintamos» lo que sucede y no que lo veamos.  Muchas veces, el juego del narrador con el lector es de complicidad, «no necesito hablarte de esto, porque tú ya lo conoces», y eso tiene un cierto peligro. Sobre todo si no eres capaz de hacerte a la idea de la escena en la que te encuentras. En cuanto a los diálogos, son divertidos, ágiles y muy adecuados a la edad de los protagonistas, sobre todo dadas las circunstancias de cada uno.

En definitiva, una novela entretenida que hará las delicias del lector friki durante la lectura, pero que no pasará a los anales de la novela juvenil como rompedora. Ni siquiera es que haga las cosas especialmente bien, ni la relación, ni el ambiente… Pero lo hace lo suficientemente bien como para que puedas leerlo sin llevarte las manos a la cabeza constantemente.

 

Impresión general
Puntuaciones
Trama: 6
Personajes: 7
Diversión: 7
Estilo: 7
Referencias: 7

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